Page 26 - Revista Tecnoagro No. 183. Noviembre 2024. Especial Hortalizas
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Contras:
Menor resistencia: A menudo, las variedades convencionales
no cuentan con la resistencia a enfermedades y plagas que
tienen los híbridos, lo que puede traducirse en mayores
pérdidas.
La elección entre híbridos y convencionales dependerá de las
prioridades del productor, la región de cultivo y los recursos
disponibles.
Variedades de hortalizas adaptadas a climas extremos
El cambio climático ha provocado un aumento en la frecuencia Conclusión
de fenómenos climáticos extremos, como olas de calor, Las nuevas variedades de hortalizas y el mejoramiento
sequías prolongadas e inundaciones repentinas. Ante esta genético están jugando un papel crucial en la transformación
realidad, el mejoramiento genético se ha enfocado en de la agricultura. Desde la resistencia al estrés hídrico hasta el
desarrollar variedades que puedan resistir estas condiciones y uso de CRISPR para mejorar la calidad y el rendimiento de las
seguir produciendo alimentos de alta calidad. plantas, los avances tecnológicos están ayudando a los
agricultores a enfrentar los desafíos del cambio climático y la
Variedades adaptadas al calor: escasez de recursos. Con la continua innovación en este
campo, el futuro de la producción de hortalizas es más
Algunas hortalizas como el pimiento y la lechuga han sido prometedor que nunca, brindando soluciones para una
mejoradas para tolerar altas temperaturas sin perder calidad ni agricultura más sostenible y eficiente.
rendimiento. Estas variedades son ideales para zonas con
veranos intensos o regiones que experimentan olas de calor
frecuentes.
Variedades resistentes al frío:
En climas fríos o con inviernos severos, se han desarrollado
hortalizas como el brócoli y la col rizada que pueden soportar
heladas ligeras y temperaturas cercanas al punto de
congelación, lo que extiende la temporada de cultivo en
regiones frías.
Variedades resistentes a la sequía:
La calabaza y el pepino son ejemplos de hortalizas que han
sido mejoradas genéticamente para resistir tanto la sequía
como las lluvias intensas, manteniendo su rendimiento a pesar
de las fluctuaciones en el suministro de agua.
El desarrollo de estas variedades adaptadas a climas
extremos es esencial para garantizar la seguridad alimentaria
en un mundo donde las condiciones climáticas son cada vez
más impredecibles.