“El éxito de un producto depende por mucho del valor y volumen obtenido, lo que determinará los precios de venta en el mercado. Sin embargo, el ordenamiento de las exportaciones así como la aplicación de las tecnologías, son los puntos clave para su posicionamiento.”
En los cultivos de mayor crecimiento en México, se destaca el de la cebolla, ya que su crecimiento en cuanto a exportación es gracias a la calidad, tamaño y tecnología en producción. En especial en el estado de Tamaulipas, donde se ha apostado por este tipo de cultivo.
Actualmente los tamaulipecos, se han hecho más competitivos y con mayor crecimiento tecnológico, ya que cuentan con instalaciones, empaque, personal técnico capacitado, además de contar con capacidad de exportación, siendo McAllen uno de los canales más importantes.
México cuenta con buenos suelos, así como empresarios emprendedores, que han puesto su visión en la cebolla y considerado como un nicho de mercado abundante. Puesto que se realizan con fertilizantes orgánicos en muchas hectáreas de las que son sembradas. Por esta razón, ya contamos con invernaderos o viveros que permiten acelerar el desarrollo y trasplante adecuado, porque se consiguen productos uniformes y apegados a las normas internacionales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA - United States Department of Agriculture, por sus siglas en inglés).
Por ello, México es el primer productor de cebolla, que año con año va en aumento. Tan solo en 2015, su producción fue de 1,519 mil toneladas. Entre las que se encuentran los estados con mayor volumen como:
Chihuahua con 294,826 t.
Zacatecas con 167,971 t.
Tamaulipas con 166,286 t.
Guanajuato con 156,377 t.
Michoacán con 150,421 t.0
Baja California con 133,435 t.
Puebla con 85,385v t.
San Luis Potosí con 67,643 t.
Morelos con 66,550 t.
Jalisco con 57,543 t.
El resto de los estados con 172, 554 t.
El consumo anual de cebolla per cápita es de 9.9 kilos. Y puede sembrarse en los ciclos de otoño-invierno, como en primavera-verano con un 80% si se cuenta con algún sistema de riego. Debido a esto, el producto tiene una oferta permanente durante todo el año.
El 90% de la producción mexicana es de cebolla blanca, seguido del 7% con cebolla morada y un 3% de cebolla amarilla.
La cebolla, está catalogada como la quinta hortaliza más importante y se cultiva en México.
La exportación de cebolla está valorada en 3.5 millones de dólares.
Las ventajas de este cultivo son la facilidad de cultivarla en todos los tipos de suelo, ya sean ligeros, pesados, con pH ácido o alcalino, pero el más favorecedor, es aquel con un tipo de suelo medio, con buena retención de humedad, fértil, buen drenaje y con un pH de 6 a 7, con un bajo contenido en sales principalmente de sodio. Su fertilización, se recomienda a 180 kg/ha de nitrógeno principalmente en etapas prematuras, con 80 kg/ha de fósforo.
Su cultivo puede realizarse a través de dos formas muy específicas: 1) siembra directa, sencilla de realizar, de mayor producción y menor mano de obra; aunque los bulbos pueden variar en tamaño y forma significativamente. 2) Trasplante de plántula, que se obtiene por los bulbos uniformes y pueden adelantarse las siembras para tener el producto más rápido en el mercado aunque habrá un rendimiento menor a través de esta técnica.
Es vital considerar un riego diario, porque influye en el tamaño del bulbo en casi 40%, si se compara con los riegos hechos cada 3 o 4 días. Esto permite, que los precios de la cebolla se encuentren entre los más altos a nivel mundial, lo que invita al productor a tener un producto de buena calidad.
“En la evolución de los pesticidas algunas sustancias se han dejado de emplear para ocupar unas más sofisticadas, que sean menos toxicas y menos perjudiciales para algunas especies que son parte primordial del ciclo de la vida.”
Por: Lida Ruishalme
Se realizaron dos estudios acerca del papel que desempeña la abeja y su salud frente a los neonicotinoides. El primero y más amplio, se llevó a cabo en Europa, financiado por empresas de plaguicidas, con el objetivo de analizar más a fondo sobre los neonicotinoides. El segundo, se realizó en campo durante cinco meses en Canadá, donde se observaron los efectos negativos para la salud de las abejas, bajo condiciones expuestas de manera similar constante, en especial cuando se combinaban con un fungicida.
El estudio realizado en Europa duró aproximadamente dos años en tres países diferentes, abarcando 33 sitios distintos. Donde se midieron 88 variables entre las que destacan: diferentes medidas de salud, diversidad de abejas, entre otros. Aunque solo 8 de estos tuvieron una diferenciación significativa, puesto que tres de ellas mostraron la relación benéfica y considerable en el tratamiento con neonicotinoides, así como la salud de las abejas. Mientras que cinco más arrojaron resultados perjudiciales.
A pesar de ello, 18 de estos resultados se descartaron por completo debido al ácaro Varroa, ya que eliminó muchas de las colmenas en Reino Unido y en el que no se optó por rastrear las tasas de enfermedad como variables.
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