“En los procesos de agricultura hay una tendencia a la alza, en cuanto al tema orgánico, el cual muestra características muy específicas imperceptibles que actúan en el crecimiento de la producción y ventas de los mismos.”
Por: Jesús Arcadio Muñoz Villalobos; Miguel Agustín Velásquez Valle; Esteban Salvador Osuna Ceja; Hilario Macías Rodríguez
Conservar la calidad del suelo es primordial en la aplicación de fertilizantes naturales, debido a que la mayoría de los métodos utilizados por la agricultura orgánica, garantizan la presencia de microorganismos benéficos que facilitan la fijación de nutrientes y absorción por las plantas.
En los suelos que pueden cultivarse, la adición de materiales orgánicos, son utilizados para mejorar la fertilidad y propiedades del suelo como la incorporación y capacidad de retención de agua.
El chile (Capsicum annuum L.) es una de las especies que más se cultiva en México y otros países. Su manejo sostenible y ecológico, se hace a través del uso de materia orgánica en el suelo como en la preparación de sustratos para establecer al cultivo en condiciones controladas de clima, plagas y enfermedades.
Es recomendable aplicar residuos orgánicos para mejorar la fertilidad y propiedades físicas del suelo, ya que al mejorar tanto las físicas, como las químicas, se logra la promoción e incremento de la actividad microbiana beneficiando la agregación, aireación y capacidad de retención de agua.
En los sistemas convencionales de siembra, la desagregación de capas de suelo acelera la oxidación de esta materia, además de propiciar la formación de capas de suelo disperso en la superficie con la que se obtiene una buena cama de siembra para las semillas y favorece la formación de capas endurecidas debido a la presión que ejercen los implementos. Actualmente la forma en que son cultivados estos suelos, necesita ser reevaluada y que las practicas alternativas promuevan un mejor suelo en términos de contenido de carbón y agregación. Con estas prácticas, el uso intensivo de maquinaria y bajos ingresos de materia deterioran la estructura del suelo por compactación.
El chile es una de las especies cultivadas más importantes de México y uno de los problemas que enfrenta no solo este cultivo, sino la agricultura en general, por la capacidad de los suelos para sostenerlos a su máximo desarrollo es por la pérdida sostenida de su fertilidad.
Por ello se recomienda poner más atención en la conservación de la fertilidad del suelo con la aplicación de abonos orgánicos para asegurar la presencia de microorganismos que permitan la fijación de nutrientes y den pie a la absorción por las plantas.
Se han hecho innumerables trabajos encaminados a determinar una dosis de composta para la producción de hortalizas, donde el objetivo primordial es obtener una dosis de aplicación de abonos que iguale o supere los rendimientos de la tierra.
El chile, ha mostrado mayor respuesta en rendimiento a la dosis de 25 T/ha de composta y con dosis de 50 T/ha y 100 T/ha, han mostrado mayor efecto sobre las propiedades físicas del suelo.
Hoy en día se tiene problemas por deterioro ambiental y de salud generadas por la agricultura altamente tecnificada que se practica en la mayor parte de los países del mundo. Ahora bien, que en la producción de chile con fertilización orgánica su objetivo sea la necesidad de obtener alimentos inocuos tanto para la salud de las personas como para reciclar desechos orgánicos que disminuyan los costos de producción del cultivo. Además de incluir el uso de diferentes dosis de composta con el propósito de obtener mejor fertilización químico-orgánica de chile, para integrar tecnologías orgánicas que tomen como base, el desarrollo fenológico y rendimiento del cultivo de chile.
Los efectos de esta composta influyen en el desarrollo de este cultivo ya que los nutrientes que se aportan como el nitrógeno, fosforo, potasio y calcio; que a mediano y largo plazo dieron mayor respuesta fenológica como de rendimiento con un tratamiento de composta de 25 t ha-1 y mayor crecimiento vegetal con alta producción de frutos.
Como es conocido, los productos orgánicos no poseen colorantes artificiales, saborizantes, ni químicos; en el caso de los animales, en ningún proceso de desarrollo se le proporcionaron hormonas y toda la producción en cualquier caso, se lleva a cabo de manera respetuosa por el medioambiente.
Para poder distinguirlos, cada uno de estos productos posee un sello o distintivo que se coloca en las etiquetas o en los envases de este tipo de productos. En ellos se menciona quien es el certificador y tipo de certificación que tiene ese producto.
En fechas futuras aparecerán en el mercado algunos productos con el distintivo “SAGARPA Orgánico México”.
Cabe mencionar que este tipo de productos están certificados por una serie de empresas certificadoras, las cuales están avaladas y autorizadas por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), de acuerdo a los lineamientos mexicanos para la producción orgánica.
Estas empresas certificadoras con oficinas legales, están establecidas en la República Mexicana, cuentan con apoyo técnico y un staff técnico suficientemente capacitado con profesionales que garanticen el cumplimiento correcto de los reglamentos y obtener ante SENASICA su registro y aprobación.
Hace muchos años comenzó la producción orgánica en México con la producción de café y fueron los pequeños productores que se dedicaron a la producción de aquellos cafetaleros que se encontraban abandonados, para trabajarlos tiempo después sin químicos.
Desde entonces, muchos de los productores están agrupados en cooperativas o asociaciones, que hacen el acopio, mismo que se van llevando a los canales de distribución, ya sea a través de tiendas especializadas o autoservicios de la República Mexicana.
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