Page 29 - Revista Tecnoagro No. 176. Especial Granos. Abril 2024
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PLAGAS 27
Control Químico:
El control químico de caracoles y babosas Control Cultural: Las prácticas agrícolas que reducen la humedad y
implica el uso de productos específicos proporcionan refugio a las plagas pueden ayudar a controlar la población de
para eliminar o repeler estas plagas. caracoles y babosas. Esto incluye la eliminación de malezas y restos de
Algunos de los métodos más comunes cultivos, así como la aplicación de mulch o cobertura vegetal para reducir la
incluyen: humedad del suelo y crear un entorno menos favorable para estas plagas.
Cebos con Molusquicidas: Los cebos
envenenados con molusquicidas son una
de las formas más efectivas de controlar
caracoles y babosas. Estos cebo, que
contienen ingredientes activos como
metaldehído o ferramol, atraen a los
moluscos y los envenenan una vez que
son ingeridos. Es importante aplicar estos
cebos de manera estratégica, siguiendo
las instrucciones del fabricante y evitando
la contaminación de fuentes de agua
cercanas.
Insecticidas de Contacto: Algunos
insecticidas de contacto pueden ser
efectivos para controlar caracoles y
babosas, especialmente si se aplican
directamente sobre las plagas. Sin
embargo, es importante tener en cuenta
que muchos insecticidas pueden ser
dañinos para otros organismos no objetivo
y deben utilizarse con precaución.
Especificaciones Biológicas:
Además del control químico, existen
alternativas biológicas que pueden ser
igualmente efectivas y menos dañinas
para el medio ambiente:
Uso de Nematodos Entomopatógenos:
Los nematodos entomopatógenos, como
Phasmarhabditis hermaphrodita, son
parásitos naturales de caracoles y
babosas. Estos nematodos infectan a las
plagas y las matan desde adentro,
ofreciendo un control biológico eficaz y
sostenible. Los agricultores pueden aplicar
estos nematodos al suelo, donde buscarán
activamente a las plagas y las infectarán.
Atrayentes Naturales: Algunas plantas y
materiales orgánicos pueden actuar como
atrayentes naturales para caracoles y
babosas. Por ejemplo, la paja mojada o el
follaje de lechuga pueden atraer a las
plagas, lo que facilita su recolección
manual o el control biológico por parte de
depredadores naturales, como aves,
sapos y erizos.