Las nuevas tendencias como los alimentos orgánicos han sido una opción para el planeta y sobre todo para el organismo humano, de alguna manera más saludable. Al hablar de agricultura orgánica no solo implica sembrar semillas y no utilizar plaguicidas, no, es un proceso además de complejo en constante evolución. Cabe recordar que hay cosas que no podemos pasar por alto como el calentamiento global, del cual se eliminan 6 toneladas de CO2 de la atmosfera al año, gracias a la agricultura ecológica. La cual se posiciona como el arma razonable contra el mismo.

Con este tipo de agricultura se guarda el carbono en el suelo y se ahorra gran cantidad de dinero para las operaciones agrícolas y se reduce la huella del carbono. Puede decirse que económicamente hablando se reducen los costos reales y se compensan algunas perdidas; además de aumentar el rendimiento a más del 100% para los suministros, ser más baratos y consistentes.

Al hablar de termino orgánico, puede interpretarse como si habláramos de conceptos como vegano o vegetariano. Lo que no es así, ya que no solo implica hacer a un lado los compuestos artificiales, sino la necesidad concientizar sobre la reestructuración en los métodos de producción de alimentos, el uso de la tierra, el bienestar del ser humano y los animales. También la justicia social, la diversidad biológica y la sostenibilidad del medio ambiente.

La agricultura orgánica se adapta cada vez más a este cambio y será capaz de resistir mejor las dificultades que trae consigo gracias al uso del compost y la diversidad de cultivos. Ya que la materia orgánica es absorbida por el suelo y las plantas el dióxido de carbono del aire. Actualmente todo lo considerado sostenible u orgánico no lo es del todo. Ya que tan solo el 2% de ellos alcanza dichos estándares, tan solo por mencionar Estados Unidos. Ya que implica el consumo de más calorías con menores recursos, que sean amables con el sistema y no promuevan la explotación de sus trabajadores en el proceso.

Aunque muchas áreas de producción orgánicas se apegan a las normas ecológicas más estrictas, al competir en un mercado contra los productores tradicionales, significa reducir costes. Lo que impulsa a los agricultores a reponer los suelos y tras ser un proceso costoso, ellos llevan el estiércol transportado en camiones a pesar de que emite una gran cantidad de carbono, como hormonas y otros emisores que corresponden a la seguridad alimentaria.

Para que algo pueda considerarse en su totalidad como orgánico, hay que generar un enorme cambio para imponerlo y promover la agricultura ecológica.