“Muchos de los alimentos que consumimos representan cierta temporada del año, aunque su sabor es el que gusta, la realidad de las cosas es que puede confundirse su clasificación, por todas las propiedades que posee”.
Dra. Ma. Dolores García Suárez
Dr. Héctor Serrano
La jícama viene del náhuatl “xicamatl” que significa raíz acuosa, considerada como cultivo de Mesoamérica, pues su raíz globosa denominada tubérculo es originaria de México, Centroamérica, Perú y Ecuador.
Se conocen cinco especies de las cuales una de ellas es la más reconocida en México: Pachyrisus erosus. Proviene del griego “pachys” que significa grueso y “rhiza” raíz. De la familia de las leguminosas Fabaceae.
Su principal distribución es en el mundo tropical, aunque actualmente llega a Filipinas, Indonesia, Islas del Pacifico, Hawaii, sur de Asia, China y Florida. La jícama es conocida también como yacon, pelenga, jam bean, singkamas o nabo mexicano. Se produce principalmente en el centro del país en la región del bajío, donde se cultiva en suelos arenosos con moderada fertilidad y materia orgánica.
Tiene la forma muy parecida al nabo y se encuentra cubierto por una delgada epidermis como cáscara de color café, de textura crujiente como de papa cruda o manzana. No es una fruta pero puede comerse como tal, ya que es un tubérculo que contiene gran cantidad de potasio, hierro, proteínas, lípidos, calcio, magnesio, cobre, fosforo, piridoxina, folatos, tiamina, vitamina C e inulina, que al entrar en cocción, se convierte en fruto-oligosacarina, el cual no metaboliza el ser humano.
Por su bajo contenido calórico mitiga la sed, estimula la síntesis de vitaminas del complejo B, así como contribuye a evitar la aparición de microorganismos en el colon, mejora el sistema digestivo, corrige desórdenes gastrointestinales y a la asimilación del calcio.
Planta
La planta puede llegar a medir de 4-6 metros de largo y lo único que se consume de ella son las raíces, ya que las hojas como sus semillas pueden ser venenosas para otras leguminosas que se forman en vainas, por su contenido en rotenona. Sus hojas son de color verde oscuro de diseño ovalado a lobulado, pinnadas trifoliadas, con un tamaño de 15 a 30 cm de largo. También se le considera como bejuco.
Para poder cultivarla tiene que llevarse a cabo en climas secos, cálidos con precipitaciones moderadas y a pleno sol. Estos crecen debajo de la tierra y pueden llegar a alcanzar varios kilos de peso, con un máximo aproximado de 30 cm de diámetro. Aunque es muy común encontrar los que no rebasan ni 8 cm de diámetro mejor conocidas como “piñateras”, las cuales en época invernal son vendidas para las festividades previas a la navidad como para otras festividades.
A diferencia de otras leguminosas, el nitrógeno atmosférico es fijado por estas plantas, siempre y cuando sea al aire libre, el cual se reincorpora a los suelos donde se cultiva, beneficiando los sitios donde se rotan los cultivos y a la agroecología. Puede producirse todo el año. Y lo único que se consume en este caso es el tubérculo en comparación con el frijol o la soja.
Su follaje tolera las temperaturas altas y puede utilizarse como planta ornamental, y sus flores son de color blanco, azules o moradas, que deben apartarse cuando crece un tubérculo. Su crecimiento es como enredadera y es importante tener cuidado con la parte aérea de la misma en cuanto a la ingestión de flores o semillas.
Para una siembra exitosa se siembran dos filas de semillas sobre el surco a modo de doble hilera con espacio de 20 a 25 cm de separación entre semillas, con una profundidad de 2 cm. En el caso de la piñatera puede hacerse con 15 cm de separación y no debe faltarle agua en cualquier caso.
Los estados productores de jícama son: Guanajuato y Nayarit, aunque se ha hecho también en Oaxaca, Veracruz, Morelos, Jalisco, Michoacán, Puebla, Aguascalientes, Sinaloa, Tamaulipas y San Luis Potosí.
La jícama puede propagarse mediante la yema axilar del tallo aéreo o propágulos del rizoma, que al separarlos deben dejarse cicatrizar o tratar con algún antifúngico para evitar su contaminación.
Usos culinarios
La jícama ha sido considerada como parte de la cocina mexicana desde tiempos precolombinos. De sabor dulce con alto contenido en agua y textura poco crujiente, es usada generalmente cruda, cortada en láminas o trozos adicionados con limón, sal y chile. Empleado mayormente como botana o en ensaladas. También se puede cocinar en sopas y guisos, con carnes y mariscos, o bien, combinarlo con otros vegetales como naranja, zanahoria, manzana, pepino, cilantro, entre otros.
Puede obtenerse un jarabe de jícama como endulzante de bajo índice glucémico, elaborarse harina y un postre tradicional mezclado jícama, coco rallado, azúcar y jugo de naranja.
El 86 al 90% de este tubérculo es agua, por lo que puede conservarse varios meses, luego de su compra. Además puede utilizarse como forraje para ganado, cuando los tubérculos son demasiado fibrosos para el consumo humano.
Propiedades medicinales y tradicionales
Las semillas además de contener rotenona, taninos, proteínas que puede ser creado para formar un aceite, si se logra eliminar por completo la rotenona.
Además ha sido utilizado para tratar la sarna, la ictericia, la descongestión del riñón y de bronquios, disminuye el dolor de la enfermedad de gota, el estreñimiento, como en la reducción del colesterol y los triglicéridos, es diurético, antioxidante, reduce la inflamación muscular y contiene igualmente antifúngicos y antiretrovirales. Se ha comprobado que contribuyen en la actividad anticancerígena en células hepáticas in vitro.
Un dato importante es que la rotenona proviene de la planta de jícama pero no del tubérculo. En el 2007 dejo de utilizarse como una toxina ambiental por ser toxico para los animales de sangre fría y caliente, como para el hombre en menor proporción. Y puede actuar por contacto o por ingesta.
La rotenona puede convertirse en un potencial para la industria farmacéutica y un beneficio para la medicina del futuro, aunque tendrá que pasar algún tiempo para su manejo.
La jícama es una parte importante de producción en México, de manera tal que se ha considerado un fruto.
Referencias:
“El estilo de vida que se lleva actualmente ha llevado a buscar nuevas posibilidades para hacerla sustentable, pero sobre todo, hacer la diferencia y ser más amables con el entorno natural que poco a poco se está agotando”.
Los puntos de reflexión sobre cómo cuidar el medio ambiente, luchar contra el cambio climático y privilegiar a las energías renovables sobre las energías fósiles, fueron los temas principales dentro de la cumbre de Paris 2015. Aunque para convertir estos deseos en acciones, proyectos o planes, no sea una labor sencilla.
Por eso, la Asociación Mexicana de Recicladores de Plásticos Agrícolas (ARPAM), se encuentra realizando proyectos de gran potencial positivo en el medio ambiente, tanto para la reducción de residuos y basuras que contaminan, como en apoyar el cambio climático.
Cuyo objetivo principal es la reducción de gases de efecto invernadero gracias al reciclaje de plásticos, lo que significa tener impactos ambientales y sociales efectivos, en términos de aumentar la tasa de reciclaje en México.
De esta forma ARPAM, programa una serie de actividades a nivel nacional, para mejorar las plantas de reciclaje existentes. Lo que permite aumentar su capacidad a través de nuevas tecnologías, así como la implementación de nuevas plantas greenfield, haciendo muestra de los impactos ambientales referentes a la reducción de emisiones de CO2, producto del reciclaje o reutilización de plástico residual. Así como la construcción de nuevas plantas de reciclaje.
Actualmente existe una problemática más preocupante: la contaminación del agua, aire y suelo, que fue ocasionada en gran parte por los grandes volúmenes de residuos plásticos que se generan y disponen diariamente en México.
Uno de los métodos más prácticos para la solución de este problema es el reciclaje, el cual consiste en convertir los residuos en nuevos productos para la prevención del desuso de materiales potencialmente útiles, como la reducción del consumo de nueva materia prima y la reducción del uso de energía, para lograr reducir la contaminación del aire utilizado para la fabricación de productos nuevos.
Dentro de las primeras actividades de este programa, se busca el incremento de las tasas de plástico agrícola reciclado en México, las cuales, se realizarán en una planta perteneciente a Reciclados y Servicios del Noreste, S.A de C.V., que se localiza en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas. Quien se dedica a la selección, limpieza, molienda, peletizado y transformación de desperdicios plásticos post-industriales, agrícolas y algunos domiciliarios.
Hasta la fecha, la planta consta de dos áreas diferentes de producción. Una de ellas corresponde al reciclaje de plásticos con un proceso mensual de 300 toneladas. La segunda corresponde a la fabricación de películas de polietileno de baja densidad 100% recicladas, con un proceso mensual de 200 toneladas. Esta planta, contempla la instalación de nueva tecnología con 400 toneladas de capacidad de procesamiento mensuales, lo que podría reducir la emisión de GEI repotenciando la planta actual. Con ello, se reducirá el consumo de materias primas, logrando así, una disminución tanto en energía como de gases de efecto invernadero correspondiente aproximadamente a 9760 toneladas de CO2/año.
ARPAM ha considerado la producción de energía limpia y renovable a partir del uso de los plásticos y otros residuos que no puedan ser reciclados. Con ello Reynosa, en conjunto con el proceso de reciclaje implantará una moderna instalación de producción de energía mediante tecnologías de plasma. Esta, será utilizada para la obtención de un gas de síntesis o Syngas, a partir de reacciones químicas. El cual producirá energía mecánica acoplada a un sistema de cogeneración termoeléctrica, de la cual se puede obtener una eficiencia del 85 al 90%. Así como una reducción anual aproximada de 6400 ton CO2 eq.
Con esta iniciativa ARPAM se convierte en un referente de la industria, no solo para México, sino para América Latina.
Copyright © Elto 2022. Todos los derechos reservados. Revista TecnoAgro. Avances Tecnológicos y Agrícolas.
Acueducto de Xalpa #119, Col. Vista del Valle, C.P. 53296, Naucalpan, Edo. de México Tel. (55) 5360 4021 y (55) 5363 7753.