Page 36 - Revista Tecnoagro No. 182. Octubre 2024
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34 CAMBIO CLIMÁTICO
Cambio Climático
Erosión y pérdida de suelo fértil
El cambio climático también ha provocado un aumento en las lluvias torrenciales y fenómenos meteorológicos extremos que,
en combinación con una mala gestión del suelo, pueden resultar en la erosión del terreno. Para los agricultores orgánicos, que
dependen de la calidad del suelo para evitar el uso de fertilizantes sintéticos, la pérdida de suelo fértil puede reducir
drásticamente la capacidad productiva de las tierras de cultivo.
Aumento de plagas y enfermedades
Las temperaturas más cálidas y los cambios en los patrones climáticos han permitido que plagas y enfermedadesmigren a
nuevas áreas, afectando a cultivos que antes no eran vulnerables. En la agricultura orgánica, donde no se utilizan pesticidas
químicos convencionales, el control de plagas se basa en métodos naturales como el control biológico y la rotación de
cultivos. Sin embargo, la aparición de nuevas plagas puede sobrepasar las medidas tradicionales de manejo, generando
pérdidas significativas para los agricultores orgánicos.
Rendimiento variable de cultivo
El cambio climático ha provocado un aumento en la variabilidad del rendimiento de los cultivos, lo que genera incertidumbre
en los agricultores orgánicos que dependen de condiciones climáticas estables. Cambios bruscos en la temperatura y la
precipitación pueden afectar negativamente el crecimiento de los cultivos, retrasar las cosechas o reducir el rendimiento
general, impactando la economía de los productores orgánicos.
Adaptación de la agricultura orgánica al cambio climático
A pesar de los desafíos que plantea el cambio climático, la agricultura orgánica tiene un gran potencial para adaptarse y
contribuir a la mitigación de sus efectos. Las prácticas orgánicas no solo protegen el suelo y la biodiversidad, sino que
también ayudan a almacenar carbono en el suelo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la
resiliencia de los sistemas agrícolas.
Mejora de la salud del suelo
Uno de los principios fundamentales de la agricultura orgánica es el manejo del suelo. Prácticas como la rotación de cultivos,
el uso de compost y abonos orgánicos, y la cobertura del suelo, ayudan a mejorar la estructura del suelo, incrementar la
materia orgánica y aumentar su capacidad de retener agua. Un suelo sano no solo es más productivo, sino también más
resiliente ante el cambio climático, ya que puede soportar mejor los efectos de las sequías y las lluvias intensas.
Diversificación de cultivos
La diversificación de cultivos es una estrategia clave para adaptarse a los cambios climáticos. Al cultivar una variedad de
plantas en lugar de depender de monocultivos, los agricultores orgánicos pueden reducir el riesgo de pérdidas por eventos
climáticos extremos o plagas. Además, la diversificación contribuye a mejorar la biodiversidad del agroecosistema, lo que a su
vez fortalece la resiliencia del sistema agrícola.
Manejo integrado de plagas
El manejo integrado de plagas (MIP) es una estrategia ampliamente utilizada en la agricultura orgánica, que combina el uso
de controles biológicos, rotación de cultivos, trampas y plantas repelentes para controlar las plagas de manera natural. A
medida que el cambio climático aumenta la presión de plagas, el MIP sigue siendo una herramienta esencial para los
agricultores orgánicos, permitiéndoles adaptarse sin recurrir a pesticidas químicos.
Energías renovables en la agricultura
Cada vez más agricultores orgánicos están adoptando energías renovables como la solar y la eólica para alimentar sus
operaciones. El uso de fuentes de energía limpia reduce la dependencia de combustibles fósiles, disminuyendo las emisiones
de gases de efecto invernadero y reduciendo el impacto ambiental de las explotaciones agrícolas.