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“La sustentabilidad se ha convertido en un tema de gran interés, ya que solo algunos enfoques y métodos responden a este término. Por lo que urge desarrollarlo en términos agrícolas, adoptarlo y mantener las condiciones tradicionales, que a su vez no dañen el entorno.”

Por: Irma Leticia de la Cruz Bermúdez.


A pesar de los conocimientos tradicionales que trascienden de generación en generación en las comunidades, estas se transforman con el paso del tiempo por modernización, que genera cambios ideológicos, económicos y en los modos de vida de la sociedad en general. Las personas que conservan sus conocimientos locales, se ven limitados a realizarlas, mientras observan a otras, realizarlos con cambios en la producción, que son más fáciles de implementar en menor tiempo, por emplear tecnología industrial; la cual está enfocada en el uso de maquinaria como el tractor y la aplicación de productos químicos como el fertilizante y el herbicida, aunque desafortunadamente el uso intensivo e inadecuado de los mismos, traen problemas ambientales y de salud humana.


El practicar la agricultura tradicional, nos basamos en una larga experiencia productiva ancestral como la utilización del abono orgánico, la fuerza de trabajo humano y animal, además de experimentarse menor daño para el medio natural y social. En desarrollo sustentable, es vital la investigación en la forma de realizar actividades productivas por parte de una comunidad o ejido, así como el manejo de recursos naturales que ocupan los agricultores. Cuyo objetivo es seleccionar o buscar alternativas adecuadas al medio social y natural, que no afecten al suelo y ayude a la subsistencia que nos brinda la vida.
Su importancia recae en comprender la situación de las prácticas agrícolas para encontrar bases y estrategias de conservación de suelo, agua y naturaleza en general, que asegure la autosuficiencia alimentaria de las familias para alcanzar el buen vivir. Esto plantea que la agricultura con tecnología tradicional respeta la naturaleza, como una forma de reproducción menos contaminante, que con la agricultura con tecnología industrial, que es más agresiva por todo lo que genera.


La sistematización de información en materia agrícola, aporta aprendizaje sobre las experiencias comunitarias y familiares en los aspectos productivos. La tradición de cultivar el maíz y frijol a manera de policultivo, es fundamental para la autosuficiencia que se da de generación en generación, con la adquisición de diversos conocimientos, que tienen un vínculo social y natural. Las milpas han desempeñado un papel fundamental para el enriquecimiento de la biodiversidad agrícola. La diversificación e integración, son una de las bases de la sustentabilidad en la agricultura tradicional.


Últimamente han cambiado las prácticas agrícolas de maíz y frijol, en la que los agricultores han transformado sus estrategias de producción, aunque no se ha combatido el hambre, ni la pobreza. Un campesino siempre trata de mejorar el rendimiento del agroecosistema y conseguir una fuente de trabajo que sea más rentable, modificando e introduciendo las técnicas que en la mayoría de los casos ocasiona la destrucción de los recursos que son necesarios para la supervivencia en un largo tiempo. De esta manera el mundo en desarrollo, sufre grandes cambios como el crecimiento demográfico, migración, accesos a nuevas tecnologías y fuentes de trabajo.
La manera en que se producen los alimentos básicos como el maíz y el frijol basaban su desarrollo con ayuda del ganado vacuno, azadón, pico, la fuerza humana y base agroecológica; hoy, la mayor parte de los productores se apoyan en el uso y aplicación de productos industriales que mantengan la producción de granos. Es cierto que ha contribuido en la obtención de mayor producción, pero ha repercutido en la degradación y contaminación de los suelos, causando dependencia del uso de los agroquímicos. Con el uso excesivo e inadecuado de productos considerados tóxicos, podríamos ocasionar graves problemas de salud humana y ambiental.


Entonces, entendamos que los campesinos o productores rurales, se valen de sistemas tradicionales de producción complementados con el uso de fertilizantes, herbicidas y tractor para preparar el suelo, entre otros. Pero su uso inadecuado, no solo ha desplazado el sistema tradicional con fuertes repercusiones en el ecosistema y en la vida humana. La agricultura tradicional ha sido un sistema productivo fundamental para la subsistencia social heredada por sus progenitores, practicada por las generaciones existentes. Debido a la mecanización del campo mexicano, los agricultores adaptan nuevas estrategias basadas en fertilizantes, herbicidas y maquinaria, que como se ha dicho, garantice la producción de granos aunque aún no se ha registrado algún caso de intoxicación por agroquímicos, pero se prevé que existan consecuencias a futuro.


El conocimiento cultural de los pueblos se ha formado históricamente en su contexto territorial, ocurren continuidades, adaptaciones y transformaciones en los métodos y técnicas agrícolas, pero se desarrollan tecnologías propias o las adaptan de las provenientes del exterior. La cultura siempre está presente y va modificándose, aunque en la actualidad parte de la tecnología es adaptada, para que los campesinos puedan practicar parte de los conocimientos culturales propios y de los ajenos. Estos conocimientos les ha permitido subsistir en condiciones naturales como lo son: la cosmovisión, organización social, lenguaje y comunicación, educación familiar-comunitaria, aprovechamiento forestal, producción agropecuaria, apropiación del territorio y el ecosistema, así como los generados y transmitidos por la familia como de la comunidad.


Los conocimientos tradicionales se han desarrollado por los pueblos con historias amplias de interacción con el medio ambiente, de manera independiente de la ciencia, en un entorno cultural particular, por lo que es aprendido a través de la observación y experiencia. Por ello “el conocimiento tradicional y la biodiversidad están estrechamente ligados en una relación ancestral, que ha probado su capacidad de sostener el medioambiente natural y el beneficio para la comunidades”. Mismos que se articulan de manera compleja e integral en la mente de las personas, para que al aplicarlos en la práctica sean las adecuadas para la supervivencia y bienestar en la vida con la biodiversidad, que son representados por medio de símbolos y lenguaje.


El uso tradicional, parte del uso de la energía solar y fases lunares para el ciclo agrícola, para que el agricultor conozca de suelos, ecosistemas, plantas o hierbas que crecen en su comunidad, que son enseñadas desde la infancia por sus progenitores al interactuar y respetar el medio. Conforme van creciendo acompañan a sus padres o abuelos de quienes aprenden la tecnología agrícola empleada. Esta tecnología no es estática, ni tampoco sale del vacío. Es resultado de experiencias acumuladas por miles de años y seleccionadas con el fin de mejores resultados para aprovechar los recursos naturales establecidos por las comunidades. Aquí participan diferentes elementos que son parte de la naturaleza, que se transforman con la actividad laboral en el medio natural, así mismo los vegetales, animales, los suelos, microclimas de competencia, de alimentación y simbiosis para el desarrollo de los procesos de fertilidad del suelo, la aparición y reproducción de varias plantas, animales o microorganismos útiles para la vida humana además de seres vivos. La relación entre hombre y el medio, es estrecha con una convivencia armoniosa para el sostén del sistema.


La planta de frijol fija el nitrógeno y al asociarla con la planta de maíz, aporta el nutriente que necesita para su desarrollo. En el caso de la siembra de calabaza en la parcela de maíz, limita el crecimiento de malezas y ayuda a mantener la humedad del suelo. De alguna manera, la conservación de un sistema tradicional de policultivo ha demostrado ser durante muchos años el sustento de familias campesinas. Ya que tiene su propia forma de producir sus alimentos sin necesidad de recurrir al mercado de semillas, ya que conocen sobre el proceso de producción, distribución y consumo de sus productos.


Al mejorar los sistemas de la tecnología tradicional de sus principios y técnicas, asegura la conservación y genera nuevos recursos que favorecen la participación del campesino, lo que favorece las condiciones socioeconómicas, estableciendo bases para un desarrollo rural. Aunque, “las prácticas tradicionales de conservación campesina que lo mantienen, se están perdiendo por la entrada de opciones productivas que parecen más rentables por la venta de tierra así como la introducción de otros sistemas de producción.” Lo que no beneficia a los ecosistemas y seres humanos, por ejemplo: con la introducción de ecosistemas de producción a base de productos industriales en parcelas agrícolas, estas no aportan mayor beneficio al agricultor, al suelo, a las plantas y animales silvestres, sino que rompe con la interrelación establecida entre ellos.


El desarrollo tecnológico contemporáneo o bien “la revolución industrial del siglo XVIII y la revolución de los transportes y comunicaciones del último cuarto de siglo XIX, permitió la expansión imperialista, colonización y conquista completa del mundo, provocando un punto de reflexión en la relación del ser humano con la naturaleza.” Y es a partir de estos siglos, donde el hombre se apodera del mundo entero, con el único objetivo de sobresalir en la vida, mejorar el desarrollo e incrementar los recursos económicos generando una mayor relación del hombre con los recursos naturales. Así la sociedad moderna o capitalista caracterizada por su tipo de actividad productiva, economía extractiva y consumista, convirtió a la naturaleza vulnerable, por lo que se tiende a la globalización como una nueva fase de la acumulación del capitalismo, que conlleva grandes transformaciones económicas, sociales, culturales y políticas de la sociedad actual.


La agricultura industrial, se caracteriza por la mecanización para la utilización de productos industriales, el establecimiento de monocultivos como una forma autoritaria de organización del trabajo, requiere de mayor extensión de tierras planas, sistemas de riego, electricidad y presa, con un alto consumo de energía fósil. Además es un sistema orientado hacia una producción al mercado más que para la subsistencia, que está basada en una tecnología más agresiva que contamina, destruye e invade a la naturaleza y seres humanos. Al aparecer la Revolución Verde en 1960, fue una solución para los problemas del hambre y pobreza rural, que con la existencia de “semillas milagrosas” y otras tecnologías modernas como los pesticidas y fertilizantes químicos incrementarían de manera rápida la producción de alimentos en los países más pobres del mundo.


La agricultura industrial, es un modelo productivo experimentado en los Estados Unidos, para posteriormente distribuirse en otros países, aunque en algunos estudios se menciona que este tipo de producción, no tuvo éxito en las zonas rurales con altas pendientes, ya que es necesario suelos planos y de gran extensión de parcelas. Por lo que este modelo no prospero como tal. Actualmente el uso de agroquímicos y de maquinaria, como el tractor ha desplazado ciertas prácticas y técnicas agrícolas como lo es la reducción del uso de la fuerza de trabajo humano y animal, abonos orgánicos por fertilizantes químicos, control biológico de plagas y malezas por pesticidas y herbicidas, así como el empleo de semillas nativas por semillas híbridas. De esta manera la agricultura industrial, ha erosionado genéticamente hablando a los cultivos que sustentan el sistema alimentario mundial, también como los problemas ambientales, la pérdida de suelos, compactación, contaminación del agua y que provoca el cambio.


Si se llega a perder toda la riqueza que aún permanece en México, será una autodestrucción humana, ya que el hombre con sus acciones a corto plazo difícilmente podría renovar al mundo entero. Así mismo la irrupción del mercado, el capital y las tecnologías modernas no solo destruyen el equilibrio ecológico, sino también las formas de vida comunitaria, base social de un estilo de vida y economía de verdad autosostenible. Hay comunidades autosuficientes en su producción de alimentos, de su artesanía local, de materiales de construcción para vivienda, de materia prima, de plantas medicinales locales, que se han vuelto más dependientes del mercado para satisfacer sus necesidades básicas. Sin la participación del pueblo, habría campesinos sin empleo y mayor pobreza. El ser humano ha optado por nuevas formas de vida que vienen de otros lugares, en los que se han consumido productos industrializados como es la harina de marcas que han instituido al maíz que producen.


Las políticas públicas federales y estatales se definen bajo lineamientos que fortalecen el enfoque de industrialización que no responde a las necesidades y prácticas de campesinos. El nuevo milenio ha hecho que la política sea una actividad de individuos dominantes, los partidos y el gobierno actual, toman la mayor parte de las ideas para sus discursos y acciones, que se alejan cada vez más de las necesidades sociales. Es decir, las políticas de desarrollo agrícola y alimentario en el campo mexicano, como en las áreas rurales, no han logrado resolver la pobreza y mejorar la demanda de alimentos básicos como tampoco los aspectos de sustentabilidad.


Sustentabilidad agrícola


El concepto de sustentabilidad se entiende como el desarrollo industrial que rompe las bases socioculturales y ecológicas de producción, que orienta y limita el proceso modernizador para la sobrevivencia de la sociedad y encaminarlo a un desarrollo menos agresivo con la naturaleza. Por lo que se necesita construir una nueva racionalidad social y productiva. Esto surge como respuesta al cambio de la razón modernizadora, como una condición que se base en lo ecológico y un nuevo sentido en las personas, a partir de la diversidad cultural, mejorar la reapropiación de la naturaleza y lograr una mejor calidad de vida mundial. Para esta racionalidad se deben tomar en cuenta los procesos ecológicos, tecnológicos y culturales que por supuesto satisfaga las necesidades básicas y aspiraciones del bienestar de la población, como comprometer la posibilidad de las generaciones  futuras.


Para su conservación es vital la responsabilidad humana a través de acciones que no dañen el medioambiente, poner énfasis al sistema industrial generar una economía que pueda preservar el medio natural. La sustentabilidad económica busca que las familias campesinas aseguren sus alimentos mediante prácticas autogestivas, cuyos excedentes productivos generen ingresos que contrarresten la dependencia económica y alimentaria; en la que se produzca con herramientas básicas, que no se requiera de altos precios en los instrumentos tecnológicos y no genere altos costos de producción. Como sabemos, el hombre ha sido el máximo protagonista de los daños ocasionados al medio natural, la cual es la reserva final y recicladora de toda basura que genera el hombre, que regula los ciclos de aire, agua y nutrientes, mantiene las temperaturas adecuadas para la vida.


Las actividades extensivas y la utilización de agroquímicos no han sido eficientes para la sociedad. Con el nuevo enfoque de sustentabilidad ecológica, se promueve que toda actividad humana tenga una relación de equilibrio y respeto con la naturaleza a largo plazo. Por eso que los productos no renovables como el combustible fósil, fertilizantes y pesticidas que con el tiempo degradan el suelo y ecosistemas existentes, tengan un papel en la educación ambiental como la pieza clave para el cambio social y global. Debe hablarse de una ética de la sustentabilidad donde los conocimientos estén orientados a una nueva visión de la economía, la sociedad y medio natural. Los cambios de hábito de los individuos también tendrían que cambiar en cuestión del consumo y relación con el ambiente. Que hasta cierto punto logra una insensibilidad, como una brecha entre ricos y pobres, que da como resultado un avance hacia la infelicidad, soledad, discriminación, enfermedad, hambre y destrucción


La familia, comunidad, trabajo, cosmovisión y sistemas de conocimientos se integran en la cultura y el territorio; los modos de vida, como el territorio, son importantes para el desarrollo comunitario, ya que son la base de la adecuación del territorio, las formas de cultivar y producir, una educación para la permanencia sociocultural, biológica y ambiental. Por lo que la sustentabilidad social agrícolamente hablando, se enfoca en contar con alimentación básica, no padecer hambre y pobreza, así como la soberanía alimentaria. Se tiene que revalorar el cambio de hábitos del hombre para la conservación del ambiente y prolongación de vida social. Para lograr este desarrollo se requiere de compromiso, responsabilidad humana en el manejo de los recursos naturales, económicos, sociales y tecnológicos para una mejor calidad de vida, sin afectar la de las futuras generaciones.

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