La agricultura protegida se está imponiendo como un éxito de ventas en México.
A partir de 2018, había alrededor de 126 000 acres de agricultura protegida en el país. Eso es un gran salto desde los 325 acres plantados en 2003.

La producción en invernadero representó el 27%, las casas sombra el 45% y los macrotúneles, utilizados principalmente para bayas y mallas antigranizo para manzanas, el 29%, según AMHPAC, Asociación Mexicana de Horticultura Protegida.

Alrededor del 78 % de los vegetales cultivados bajo agricultura protegida se destinan a los EE. UU. y el 5 % se exporta a Canadá. Los tomates representaron alrededor del 55 % de las verduras, y los pepinos y los pimientos morrones representaron cada uno alrededor del 20 %. Aunque la agricultura protegida representó solo el 2 % de la superficie y el tonelaje de frutas y hortalizas de México en 2018, representó el 17 % de la valoración del dólar (o peso), según la oficina de la Secretaría de Agricultura de México.

La agricultura protegida ha tenido tanto éxito que algunos distribuidores estadounidenses obtienen el 100 % de ciertos productos básicos de los invernaderos.

Por ejemplo, todos los pepinos, pimientos y tomates redondos y roma se cultivan en invernaderos. Los invernaderos brindan protección contra enfermedades, plagas y el clima, y ​​permiten a los productores usar sistemas hidropónicos o sin suelo que ofrecen un control absoluto sobre los sistemas de raíces, Sus sistemas de minerales y nutrición están diseñados de tal manera que pueden inducir el sabor. Casi todos los estados mexicanos tienen algunos invernaderos. La mayoría son operaciones estacionales, pero aquellas en elevaciones más altas con temperaturas más frías, como Guadalajara y Querétaro, pueden operar durante todo el año.

La demanda de tomates de invernadero cultivados en México solo aumentará, “México ha sido capaz de sacar un producto sumamente excepcional; en consecuencia, EE. UU. continúa exigiendo más y más”, dijo. La tecnología de invernadero y los métodos de cultivo responsables permiten “hacer un uso eficiente del espacio y controlar las muchas variables que conducen a un crecimiento óptimo de los cultivos mientras los protege de condiciones climáticas hostiles, enfermedades y plagas”,.

Y los invernaderos permiten a la empresa conservar agua y permiten el uso de fuentes de energía renovables. Los productores también han visto buenos resultados con estructuras de tela de sombra de tecnología más baja. Las casas de sombra ayudan a los productores a producir productos que son más consistentes.

Es más fácil observar cómo progresa un cultivo, se reduce la presión de los insectos y se reduce el impacto de los vientos en una casa de sombra que en un campo abierto. “Las cicatrices causadas por el viento se reducen casi a nada”, incluso pone una lona de sombra sobre las uvas de mesa que cultiva en Sonora. Los productores de tomates de invernadero en general se sintieron aliviados de que se haya llegado a un acuerdo de suspensión de tomate propuesto entre los EE. UU. y México.