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anejo de erries
que pudieran transformarse en plagas potenciales.
La preparacín del suelo debe considerar, idealmen-
te, un subsolado para romper estratos impermea-
bles en el peril del suelo, labor que debiera rea-
lizarse durante el otõo anterior a la plantacín,
cuando el suelo se encuentra ḿs seco, lo que permite
la fracturacín ́ptima de los estratos sub-supericiales.
C
uando existe una pradera, es importante invertir el
suelo con arado de vertedera a 30-35 cm de pro-
fundidad, con el in de enterrar todas las malezas
y no permitir la germinacín de los proṕgulos viables.
Posteriormente, se recomienda realizar un rastraje pa-
ra destruir los terrones, luego de lo cual, se debe tomar
una muestra compuesta de suelo, que releje las con-
diciones donde las plantas se van a establecer,
para determinar posibles deiciencias
nutricionales y la presencia de lar-
vas de insectos que puedan cau-
sar problemas a la plantacín.
De esta forma, es posible reali-
zar un manejo preventivo, corri-
giendo las deiciencias con otros
insumos, adeḿs del compost e
incorporar al camelĺn los productos
permitidos para prevenir problemas sa-
nitarios, inalmente, despús de marcar
las hileras, se procede a acamellonar.
El establecimiento de los berries se realiza sobre
camellones, ya que permite aumentar la profundidad explo-
rable de las ráces y la aireacín del suelo, lo que mejora el dre-
naje y evita un ambiente propicio para el desarrollo de enfer-
medades radicales. El ancho habitual de los camellones es de
40 a 50cm y su altura de 25 a 30cm bajo buenas condiciones.