Page 7 - Revista TA No.133
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anejo de erries







que pudieran transformarse en plagas potenciales. 
La preparacín del suelo debe considerar, idealmen- 

te, un subsolado para romper estratos impermea- 
bles en el peril del suelo, labor que debiera rea- 

lizarse durante el otõo anterior a la plantacín, 
cuando el suelo se encuentra ḿs seco, lo que permite 

la fracturacín ́ptima de los estratos sub-supericiales.

C 
uando existe una pradera, es importante invertir el 
suelo con arado de vertedera a 30-35 cm de pro- 

fundidad, con el in de enterrar todas las malezas
y no permitir la germinacín de los proṕgulos viables. 

Posteriormente, se recomienda realizar un rastraje pa- 

ra destruir los terrones, luego de lo cual, se debe tomar 
una muestra compuesta de suelo, que releje las con-

diciones donde las plantas se van a establecer, 
para determinar posibles deiciencias 

nutricionales y la presencia de lar- 
vas de insectos que puedan cau- 

sar problemas a la plantacín.


De esta forma, es posible reali- 
zar un manejo preventivo, corri- 

giendo las deiciencias con otros
insumos, adeḿs del compost e 

incorporar al camelĺn los productos 

permitidos para prevenir problemas sa- 
nitarios, inalmente, despús de marcar 

las hileras, se procede a acamellonar. 
El establecimiento de los berries se realiza sobre 

camellones, ya que permite aumentar la profundidad explo- 
rable de las ráces y la aireacín del suelo, lo que mejora el dre- 

naje y evita un ambiente propicio para el desarrollo de enfer- 
medades radicales. El ancho habitual de los camellones es de 

40 a 50cm y su altura de 25 a 30cm bajo buenas condiciones.




































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