Lluvia, según la Organización Meteorológica Mundial, es la precipitación de partículas líquidas de agua, mayores a 0.5 mm de diámetro o de gotas menores pero muy dispersas, que se presenta como un fenómeno hidrometeorológico que se genera en la atmósfera a partir de la condensación del vapor de agua contenido en las nubes.
El agua de lluvia cae en forma irregular tanto en cantidad como en tiempo y espacio para formar ríos, mediante las escorrentías provenientes de las montañas que delimitan una cuenca hidrográfica; alimentar y, en su caso, aumentar las reservas de pantanos y de embalses antes de desembocar en el mar. Otra parte se infiltrará a través del suelo para formar corrientes subterráneas que devendrán en acuíferos. Así como sus efectos son benéficos también, en ocasiones, son catastróficos.
Por ello, es importante medir tanto la cantidad de lluvia como su tiempo de precipitación y establecer su lugar de destino con la finalidad de prevenir desastres naturales y crear políticas públicas destinadas a regular, entre otras acciones, desarrollos inmobiliarios, áreas de reserva ecológica, ubicación de infraestructuras urbanas, industrial e hidroagrícola, por mencionar las más importantes.
La medición del agua de lluvia en México se lleva a cabo en las estaciones climatológicas, tanto automatizadas como convencionales, establecidas en puntos estratégicos a lo largo y ancho del territorio nacional. Una de ellas, la estación climatológica convencional 17071 Progreso, ubicada dentro del IMTA en Jiutepec, Mor., pertenece a la red de 3 200 con que cuenta la Conagua, a través del Servicio Meteorológico Nacional, en operación en todo el país.
El registro de datos en la estación climatológica convencional Progreso se realiza durante los 365 días del año a partir de las ocho de la mañana hora local. Los parámetros que se miden son los siguientes:
- Lluvia acumulada en 24 horas utilizando un pluviómetro.
- Temperatura máxima, mínima durante las 24 horas precedentes a la medición y ambiente a las 8 horas.
- Evaporación
- Dirección del viento, intensidad, visibilidad. También se reportan fenómenos varios como heladas, granizo, tormentas eléctricas, etc.
La medición de la lluvia, que se realiza mediante un pluviómetro o un pluviógrafo, nos permite obtener información acerca de sus características espaciales, de su frecuencia y de la cantidad precipitada sobre un lugar específico. Los datos obtenidos se expresan en milímetros de agua, mismos que equivalen a la cantidad que se acumularía en una superficie horizontal e impermeable, durante el tiempo que dure la precipitación o sólo en una parte del periodo de la misma.
El pluviómetro es el instrumento más sencillo y más comúnmente empleado para medir la cantidad de lluvia. Es un recipiente metálico de forma cilíndrica; en su parte superior tiene una boca circular que recibe el agua de lluvia que pasa, por medio de un embudo, a un colector en el cual se almacena el agua para su posterior medición.
Los pluviógrafos brindan un registro continúo de lluvia con el que se pueden determinar las horas de inicio y terminación de la lluvia así como su intensidad en todo momento.
La estación climatológica convencional 17071 Progreso cuenta con registros a partir de 1982 a la fecha, por ello sabemos, por ejemplo, que el 4 de septiembre de 1999 se contabilizaron 123.2 mm acumulados en 24 horas y en 2016 se cuantificaron 1 580 mm de lluvia acumulada durante el año: el día y el año más lluviosos, respectivamente, a partir de la fecha de inicio de la medición. También conocemos que en el IMTA llueven 1 076 mm en promedio al año, de junio a septiembre, mientras que la precipitación media ronda los 900 mm para el estado de Morelos.