Los alimentos que consumimos, antes de llegar al mercado, tianguis o supermercado, pasan por una serie de medidas que garantizan que están libres de plagas o enfermedades que podrían dañar nuestra salud.
Asimismo, existen normas que avalan su sanidad e inocuidad para evitar que se dispersen agentes que puedan afectar a otras plantas y/o animales. El SENASICA (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) es la institución que se encarga de proteger los productos que provienen del campo, de los animales y del mar.
Antes que nada, amiguitas y amiguitos, es importante que hablemos de movilidad de los alimentos, ya que después de cosechados hay que transportarlos al lugar donde estarán a la venta, ya sea en nuestro territorio y también fuera de él.
El primer paso es realizar un análisis de riesgo, que consiste en evaluar los efectos que tendría la llegada de una plaga o enfermedad a determinada zona, posteriormente se toman medidas de prevención para evitar contagios en las zonas libres de enfermedades y plagas, esto se conoce como mitigación de riesgos.
Para ello, existen Oficinas de Inspección de Sanidad Agropecuaria (OISA) en puertos, aeropuertos y fronteras, donde se encuentran oficiales de sanidad, encargados de realizar la inspección, verificación y vigilancia de mercancías agropecuarias, que certifican que se tomaron todas las medidas de cuidado desde la producción hasta el traslado.
Entre las principales medidas de seguridad que se implementan están, en el caso del ganado las vacunas, y en el caso de alimentos de origen vegetal la colocación de trampas para detectar oportunamente la presencia de alguna plaga.
Así es como el SENASICA, nos asegura que los productos agroalimentarios estén libres de plagas, enfermedades y contaminantes que atenten contra la salud humana, además de preservar la producción, agrícola, acuícola y pecuaria.