Aunque el higo no es una fruta como tal, sino una infrutescencia, en la antigüedad, en Grecia era un alimento muy popular, tanto, que era el fruto preferido de Platón. Es más, se premiaba a los ganadores de las olimpiadas con higos y se coronaban con hojas de higuera.
Se producen sobre todo en Turquía, Egipto y Marruecos, aunque en México tienen gran potencial. Este árbol se puede encontrar en casi cualquier estado de México, sin embargo, los mayores productores son Morelos, Baja California Sur y Veracruz.
Se dice que los higos llegaron a México cuando los misioneros franciscanos españoles, colocaron plantas de estas en los atrios de las iglesias, provocando que poco a poco, este fruto se hiciera tan especial en nuestra cultura.
Este producto se da solo en una temporada muy corta, por lo que debemos aprovecharlos cuando los tengamos a la mano, ya que su sabor es delicioso, es dulce y suave pero al mismo tiempo crujiente. Y aunque los puedes encontrar de color azul, verde o morado, los más comunes son negros. También es muy rico en nutrientes, ya que brindan energía, ayudan a controlar la hipertensión y son buenos para el intestino.
El higo sirve para todo tipo de alimentos, ya que se puede comer solo, en almibar, seco, fresco o combinar su dulce sabor con queso, otras opciones son intergrar este fruto a panes o pasteles, dándole así un toque delicioso.