Se avecina la nueva temporada en Sinaloa y se tiene que estar preparado con semilla, fertilizante, agroquímicos, maquinaria y personal, a fin de que la planeación de actividades por parcela resulte de manera beneficiosa y como en realidad se requiere. Es oportuno en este momento revisar las notas tomadas en años pasados para mantener las buenas actividades; mejorar las que no hayan funcionado, o adecuarlas a las condiciones actuales, pues con ello las temporadas anteriores se convierten en una buena fuente de información propia muy confiable para tomar decisiones acertadas de manejo del cultivo.
Un punto indispensable para alcanzar el tonelaje de grano de maíz propuesto, llamado igualmente “Meta de Rendimiento”, es aportar la fertilización apropiada al cultivo en forma oportuna, de manera que sus necesidades de nutrición queden satisfechas, y las plantas tengan los elementos (Macro y Micro) para desarrollar todo su potencial genético, habiendo el clima y el agua suficientes durante la temporada.
Ahora bien, ¿de dónde se puede tomar el dato de las necesidades nutrimentales del maíz?; afortunadamente, por medio de la Investigación Agrícola se han obtenido datos sólidos sobre la cantidad de los elementos esenciales que el cultivo de maíz “consume” por tonelada de grano producido. Una institución dedicada al tema de la investigación en fertilización, la cual ha publicado extensivamente diferentes estudios sobre varios cultivos en diversos países: el International Plant Nutrition Institute (IPNI, antes Instituto Internacional del Fósforo y Potasio), entre cuyos artículos se encuentra uno en especial que menciona estas necesidades nutricionales del maíz para su buen desempeño.
Se debe considerar que un apoyo esencial en este proceso de definir la nutrición, es un buen análisis de suelo obtenido de un laboratorio certificado en el que se indique al elemento o elementos que están limitando la productividad de la parcela, y además sugiera las cantidades a ponerle al suelo de tales elementos. El IPNI presenta una tabla con los kilos o gramos de cada elemento esencial requeridos por tonelada de grano de maíz absorbidos por el cultivo, y las necesidades para nueve toneladas por hectárea (ton/ha). Esta tabla se ha adaptado para suplir las cantidades de 15 y 20 ton/ha, metas que puede probarse en algunas parcelas que presenten condiciones de suelo y humedad capaces de producir estos rendimiento.
La Tabla 1 presenta también una columna con el “Índice de Cosecha” por elemento, que es el porcentaje de la cantidad total absorbida por las plantas que se va al grano. Este dato es de mucho valor, pues se puede ver, por ejemplo, que de lo absorbido del nitrógeno y del fósforo, un alto porcentaje se va en el grano; mientras que otros, como calcio o boro, quedan en la planta en su mayor parte.
En resumen, para lograr la Meta de Rendimiento de la temporada, ésta debe de ser realista, que se pueda alcanzar con el suelo y agua disponibles, con el fertilizante suficiente y oportuno, con el apoyo de un buen análisis de suelo, y sobre todo, considerar a la semilla que se va a establecer, pues si el híbrido adquirido no tiene el suficiente potencial genético, no vamos a llegar al tonelaje propuesto en cantidad, y muy importante, en calidad. Un buen complemento a la fertilización química es el empleo de micorrizas y bacterias del suelo adaptadas al maíz y a la región de siembra, que se mencionarán en un próximo escrito.
¡Que tengan una excelente temporada, y que se alcancen las producciones planeadas por parcela!
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