El pasado miércoles 3 de agosto se llevó a cabo, en la antigua casona de Xicoténcatl ubicada en el centro histórico de la Ciudad de México, el Foro internacional que lleva como nombre el título de este artículo. Promovido y organizado por el Consejo Nacional Agropecuario, el Senado de la República, la CNC, la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario, la CNPR y la CNOG, tuvo distinguidos oradores invitados, mexicanos y del extranjero, con brillantes ponencias de los dos ex ministros de agricultura de Brasil y el de Chile, así como el Presidente de la Asociación de exportadores de Chile, el Director de Análísis de Políticas de la Universidad de Tenesse, la Representante de la FAO en México, entre otros.
El banco de México hizo hincapié en que una política pública debe regirse por cuatro ejes: Transparencia, Libre Competencia de mercados, Productividad e Intermediación Financiera.
Se mencionó que en México las organizaciones del sector poseen los mejores diagnósticos, sin embargo se encuentran desprovistos de las herramientas para su ejecución.
Según datos de la OCDE, el crecimiento mundial de alimentos en el período comprendido entre 2010 y 2020 será de un 20%, pero Brasil crecerá 40% No obstante la atención se centra en que esos crecimientos deben ser sustentables, una mesa de tres soportes: Economía, Medio Ambiente y Sector Social.
En Brasil, las políticas públicas que han lanzado a ese país en los últimos 20 años a alcanzar un liderazgo en la producción y exportación de bastantes productos agropecuarios (leche, carne, soya, azúcar, etc.,), son:
- Ingresos: Crédito, precios, seguros, comercialización.
- Infraestructura Logística
- Acuerdos comerciales: Multilaterales, regionales, sanitarios, públicos y privados
- Desarrollo de tecnología e innovación
- Una estrategia de estado.
La implementación de estas políticas ha tenido como retos principales vencer la burocracia de la planeación, así como la negociación con otros sectores privados y públicos.
Hoy en día, a pesar de que se considera a Brasil como un país industrializado (aeronáutica, energía, automotriz, manufactura), el 25% del PIB proviene del sector Agroalimentario, (en México representa apena un 6%). Gracias a la implementación de políticas públicas con visión de estado, Brasil ha logrado incrementar su producción de granos en 115%, de carne de res en 85%, 404% en pollo, 202% en cerdo; solamente para proporcionar unos datos ejemplares de un país que se puso de acuerdo, dejando a un lado intereses partidistas y personales, pensando en lo que es mejor para su desarrollo agropecuario. Aún cuando Brasil tiene hoy en día una industria petrolera pujante y líder, 47% de la energía en ese país es renovable (etanol, hidroeléctricas).
Hace cuarenta años Brasil, con ese gran potencial dormido, era un importador neto de alimentos, hoy es líder exportador mundial de muchos productos, gracias a que innovaron y desarrollaron una nueva agricultura tropical.
Hace algunos años Chile definió con claridad lo que deseaban: políticas públicas emanadas de un consenso entre los sectores interesados, para promover actividades determinadas dentro del sector agroalimentario. Se firmó un ACUERDO NACIONAL cuyas políticas públicas requirieron sustentarse en las siguientes características:
- Sustentabilidad en el tiempo (visión de largo pazo).
- Certidumbre legal y jurídica para mantener la estabilidad y confianza (en México debemos acabar con las ataduras del artículo 27 constitucional que desde los 90s quedó en enmienda incipiente).
- Realismo y objetividad a toda prueba (lo que sea mejor para el desarrollo económico, social y ambiental).
- Actividades agropecuarias que sean económicamente viables para el crecimiento y desarrollo.
- Elevar la competitividad del sector, porque compiten con otros sectores (manufacturas, minería, etc.,) por los recursos naturales (agua, tierra, etc.,).
- Ajustar el modelo de desarrollo agropecuario (también forestal y pesquero) al desarrollo del país (para que a la hora de los billetazos, no andemos con que “no alcanza el presupuesto”).
- Desarrollar mercados de calidad, diversos, sustentables y mayoritariamente de exportación (aprovechemos en México los múltiples tratados de libre comercio y no pongamos de nuevo “todos los huevos en una canasta”).
- Que las empresas se organicen en conjunto para generar el desarrollo tecnológico, de innovación, las relaciones comerciales locales e internacionales, manejo de oferta y demanda, desarrollo de las mejores prácticas laborales (y no esperemos a que papá gobierno nos resuelva todo).
Finalmente se hizo una puntualización muy importante: en los países en desarrollo, un alto porcentaje de la población continúa viviendo en el sector rural (no es lo mismo vivir en el campo, que vivir del campo), sin embargo falta que las políticas públicas se creen y ejecuten no para expulsar a la gente hacia las urbes, sino que en conjunto puedan desarrollarse las comunidades para crear industrias con fines precisos, sustentables y de largo plazo. De otra manera seguiremos generando pobreza y exportándola a las ciudades o a otros países sin remedio.
En conclusión amigos, me dio coraje ver que otros países han avanzado mucho más que nosotros en México, sencillamente porque se han puesto de acuerdo los interesados en aquello que es y será mejor económicamente para su población y su medio ambiente.
Tenemos la gran oportunidad de participar en la gran economía verde, que será una gran ola que alimentará al mundo (principalmente a la enorme población que crece y crece en Asia); esa ola será comandada por América Latina (Brasil, Argentina y Chile se nos adelantaron). Los mexicanos tenemos la disyuntiva de subirnos a la de YA, con políticas públicas de estado consensadas con todos los actores del sector agrícola, pecuario, forestal y pesquero. Así de simple.
Jorge Segovia Fernández/Ing. Agrónomo
Socio Director de Media Hunters México
Consultores en Recursos Humanos y Negocios
(55) 9171-1053
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