En el sector público y empresarial de México se siente un gran optimismo para la economía local y también en otros países como Estados Unidos, Brasil, Alemania, y otros más; los expertos en cifras macroeconómicas han corregido sus expectativas de crecimiento del PIB nacional para el 2010 elevándolo de un 1.92% calculado en marzo del 2009, a un 5.09% en enero 2011. Lo mismo sucede con la expectativa general para el 2011, que pasa de un 3.59% en septiembre del 2010 a un 5% para enero del 2011. Son cifras realmente alentadoras. No obstante los nubarrones que pueden opacar estas “alegres” expectativas, han surgido antes de que concluyan los primeros 40 días del año. Una crisis político-social en Túnez se hace eco en Egipto. La población en El Cairo se organiza desde las redes sociales de internet para protestar y se enfrentan contra los seguidores del ahora ex presidente Mubarak (ex dictador porque se sostuvo treinta años en el poder); el ejército observa y finalmente apoya a los primeros; todo indica que la transición se llevará a cabo de manera más pacífica y democrática de lo que hace unos días aguardábamos. Parece algo lejano a nuestra realidad mexicana, pero la globalización hace que una revolución ciudadana, que sucede a más de diez mil kilómetros de distancia, provoque aumentos sustanciales en los precios del petróleo, y por lo tanto en la energía y el transporte entre muchos otros productos y servicios afectados por lo mismo; son aumentos que provocan inflación mundial. Un crudo invierno cuyas bajas temperaturas han alcanzado récords en Estados Unidos y México, dañan irreversiblemente cultivos estacionales y perennes en California, Florida, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas, principalmente; el efecto se siente de inmediato en el aumento de los precios de los granos para consumo humano y agroindustrial, además de distintas clases de hortalizas y frutales. En Estados Unidos, nuestro socio comercial más importante y con el cual tenemos una relación comercial equivalente a casi el 80% de nuestro comercio internacional, el indicador de empleo para un desarrollo óptimo establece la creación de 200 mil empleos mensuales, de los cuales se esperaba que en enero se reflejara una cifra cercana a los 130 mil empleos; no obstante la oficina encargada de proporcionar dicha cifra el viernes 3 de febrero anunció la creación de solamente 38 mil empleos en todo el país, “debido a los graves problemas del clima”. Debemos estar atentos a los resultados del mes de febrero, porque el empleo es un indicador básico para observar el crecimiento de nuestro principal cliente e inversionista.
El sector agroalimentario mexicano ha trabajado de la mano con el ejecutivo federal desde hace años, y en específico con la Secretaría de Economía para señalar que existen diferencias significativas en el control de plagas y enfermedades entre México y países como Colombia, Perú y Brasil, con quienes se pretende ampliar –con el primero- y establecer –con los otros dos- el tratado de libre comercio. Sin embargo existen ciertos productos “sensibles” para los productores agroalimentarios mexicanos que no deben considerarse en los tratados con Colombia y Perú. Con Brasil es obvio que no es conveniente establecer un tratado de libre comercio en lo que a temas del sector agroalimentario se refiere, debido a que no somos economías complementarias en los mercados de productos agropecuarios. Existe un enorme peligro si se firman estos tratados sin considerar los riesgos ya comentados, porque podemos salir muy perjudicados en temas fitosanitarios y en lo que se refiere a las diferencias de economía de escala con Brasil, lo cual provocaría un daño mayúsculo a las empresas mexicanas con la consecuente pérdida de empleos masiva. Las empresas mexicanas debemos aprovechar de la mejor manera posible los tratados que ya se tienen con más de 50 países; si se establecen nuevos tratados comerciales, éstos deberán ser ratificados por los actores mismos (empresas y organizaciones), para que nos favorezcan y no perjudiquen a la planta productiva (es lo que están haciendo países que pregonan el libre comercio).
Estimados lectores, no seamos exageradamente optimistas ni deplorablemente pesimistas; pensemos bien antes de actuar; hagamos lo que bien dicen los conocedores de negocios “hay que medirle el agua a los camotes”, para evitar perdernos de oportunidades históricas, o bien salir perjudicados por haber tomado malas decisiones.
Jorge Segovia Fernández/Ing. Agrónomo
Socio Director de Media Hunters México
Consultores en Recursos Humanos y Negocios
(55) 9171-1053
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
