Según SEPI (Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes), En la Ciudad de México se tiene una superficie sembrada de 371.5 hectáreas de árboles frutales, de los cuales se obtiene una producción de mil 809.57 toneladas en las siete delegaciones rurales.
Las frutas que se producen son 100 por ciento orgánicas y algunas de ellas son: capulín, chabacano, ciruela, durazno, frambuesa, higo, manzana, pera, tejocote y zarzamora.
La fruta que más se produce en la capital del país es la manzana, seguida de la pera. Sin embargo, también se produce frambuesa y a nivel nacional la CDMX ocupa el 9º lugar en producción.
Frutas que se cultivas en la Ciudad de México: manzana, pera, zarzamora, membrillo, tejocote, capulín, durazno, chabacano, ciruela, frambuesa, e higo.
En Cuajimalpa y la Magdalena Contreras: chabacano, curazno, frambuesa, capulín, ciruela, membrillo, tejocote, pera y zarzamora, en Milpa alta adicional a estos frutales se produce higo, al igual que en Tlalpan, Xochimilco y Álvaro Obregón.
El Estado de México conjuga condiciones edafoclimaticas para el desarrollo de frutales que son fuente de fibras, vitaminas y minerales.
Según SECAMPO El Estado de México ocupa el quinto lugar de producción nacional durazno, con un volumen de 15 mil 800 toneladas al año, de las 158 mil 942 toneladas que se producen a nivel nacional, esto de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) 2019.
Las principales variedades que se cosechan en la entidad son Diamante, San Juan, Regio, Toro y Oro Azteca, principalmente en los municipios de Coatepec Harinas, Almoloya de Alquisiras, Temascaltepec, Villa Guerrero y Sultepec.
El clima en el que se cosecha es de entre mil 600 y 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura óptima de entre 21 y 27 grados centígrados.
El durazno mexiquense puede adquirirse en diferentes mercados del Estado de México, así como en otras entidades del país, como en la Ciudad de México.