El cultivo del café en México es una actividad económica de gran importancia; su producción contabiliza una superficie de más de 712 mil hectáreas, de las cuales, aproximadamente el 90% de la superficie se concentra en Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Veracruz.

La roya del cafeto afecta de forma irremediable los cultivos, por ello, es fundamental su protección y prevención.

Infortunadamente, su producción se ve afectada por diversas plagas y enfermedades, entre las cuales se encuentra “la roya del cafeto”, causada por el hongo Hemileia vastatrix; detectada por primera vez en México en 1981, en la región del Soconusco en Chiapas y, actualmente, está presente prácticamente en todas las zonas productoras del país.

En 2012 se registró un nuevo brote más agresivo que impactó en todas las zonas cafetaleras, aún se desconoce cuál fue el agente dispersor para la entrada de la roya al país; sin embargo se sabe que la lluvia, el viento, los insectos y animales pueden transportar el hongo a grandes distancias. El hombre también contribuye a la dispersión involuntaria de este hongo, principalmente durante la etapa de cosecha del café.

Una consideración importante es que en México, hasta 2012, predominaban las variedades convencionales con alta susceptibilidad al ataque de la roya lo que ocasionó una rápida expansión en toda la región cafetalera, sin embargo, hoy en día, con la renovación de cafetales usando variedades resistente como Oro Azteca, Marsellesa, Sarchimor, Geisha y Costa Rica se ha logrado blindar a las plantaciones contra este patógeno.

El último informe de 2018 del Programa Fitosanitario contra la Roya del cafeto, reportó que con el control de focos de infestación mediante la aplicación de ingredientes activos, en los estados de Chiapas, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz, se beneficiaron directamente a 8,500 productores de café.

Las aspersiones de fungicidas han tenido impacto directo en la reducción de los niveles de severidad de la enfermedad, lo cual ha contribuido al incremento de hojas jóvenes y ramas productivas, pues se protege oportunamente el follaje de los cafetales.