“La importancia acerca del manejo de las necesidades de nutrientes, cada vez es mayor, por lo que es vital optimizar a la planta, para poder generar un mejor ingreso económico para el agricultor.”

Como uno de los principales exportadores de tomate en el mundo, México se ha consolidado con ventas de más de 20, 000 millones de pesos y más de 3 toneladas vendidas tan solo en el 2015.

El tomate, es la hortaliza con mayor número de cultivos y de mayor comercialización en el mundo, llega casi a las 80,000 toneladas. Siendo sus principales productores Estados Unidos, Chile, India, Turquía, Irán, Italia, México, entre otros. México es uno de los países latinoamericanos que más espacios dedica para este cultivo. No obstante, el rendimiento que muestra, es de los 10 t/ha promedio, cifra muy lejana a las obtenidas hoy en día mundialmente y que no corresponden con los volúmenes de fertilizante nitrogenado que se aplican al cultivo.

Esto significa una demanda elevada para la aplicación de fertilizantes minerales y pesticidas. Lo que trae consigo no solo un costo y requerimiento elevados, sino que pudiera provocar problemas de salinización y contaminación indiscriminados del manto freático. La utilización de elementos biológicos, pueden ayudar a incrementar el desarrollo del cultivo si se realiza de manera coordinada en la interface suelo-raíz y otros como los factores imprescindibles.

La utilización de micorrizas-arbusculares debe ser considerada en el diseño de cualquier sistema de producción agrícola, sobre todo si se piensa en una agricultura sostenible; ya que realizan diversas funciones en su asociación con las plantas que pueden constituir sustitutos biológicos de los fertilizantes minerales. Esto no significa que se deba dejar de fertilizar un cultivo, sino que hace más eficiente y ahorra cantidades importantes de fertilizantes minerales al mismo tiempo que logra una mejor absorción de nutrientes que están disponibles en el suelo.

Cálculo

Para poder calcular la dosis adecuada de Nitrógeno en el abono, se aplican diferentes fórmulas para las diversas etapas, de la siguiente manera:

1. Fase vegetativa

2. Floración

3. Cuajado

4. Crecimiento del fruto

5. Cosecha

La elección del tipo de fertilizante a emplear, depende de las necesidades nutricionales del suelo en el que los tomates se estén desarrollando:

Necesidades de abonado con Nitrógeno = Necesidades de N (datos anteriores) x Fc – Nmin suelo – Nriego.

En el que:

Fc. el factor que da la proporción entre la producción de la zona y que aparece en los datos de necesidades aproximadas.

Nmin suelo. Que es el nitrógeno mineral en el suelo en la capa 0-60 cm, que puede ser antes de la siembra o plantación.

Nriego. Es el Nitrógeno encontrado en el agua de riego. En el caso de leguminosas, estas indicaciones de cálculo y balance del nitrogenado son de difícil aplicación, puesto que una parte importante de las entradas es de difícil cuantificación.

Necesidades de abonado Fósforo y Potasa =Necesidades de Fósforo y Potasio por el cultivo x Fc x Fs - PK Fósforo y Potasio restos de cosecha - PK Fósforo y Potasio productos orgánicos - K Potasio riego

Por eso:

Fc. es el factor de proporción entre la producción normal de la zona y la que se muestra en los datos de necesidades aproximadas.

Fs factor. Corrector en función de la riqueza del suelo en P Y K asimilables.

Los valores de Fs para los niveles Muy bajo, Bajo, Medio, Alto y Muy Alto son de 1,5, 1,3-1, 4, 0,8-1,2, 0,1-0,7 y 0, respectivamente.

PK restos de cosecha. Son los que se estiman a partir de los valores de las tablas.

PK productos orgánicos. Son los que se estiman a partir de la información comercial, análisis químico o valores de tablas estándar.

K riego. Es el potasio aportado con el agua de riego. En los cultivos invernales se puede observar que debido a la bajas temperaturas, es mejor realizar una aplicación moderada de abono de fosfato, incluso con los suelos que son altos de fosforo.

Es importante entender la diferencia entre cada fertilizante al momento de comprar uno, de manera visible se pueden localizar unos números de calificación NPK impresas en la bolsa y describen el nivel de concentración en peso de fosforo (P), potasio (K) y nitrógeno (N). Se recomienda evitar el uso de fertilizantes con amoniaco, como urea o nitrato de amonio para la plantación de un tomate.

En resumen, la elección del tipo de fertilizante dependerá en gran medida de las necesidades nutricionales del suelo y de la evaluación del mismo, para conocer cuáles son los nutrientes de los que carece y el método a emplear.

En los últimos 10 años aproximadamente 2.4 millones de toneladas de tomate saladette y bola son los más producidos anualmente. Siendo su mayor productor Sinaloa, con más de 800 mil toneladas que son dos veces más al PIB primario obtenido, tan solo en 2013 en el estado de Hidalgo. Para este mismo año China era uno de los principales productores de jitomate en el mundo, ya que aportaba cerca de un tercio de la producción de hortaliza dejando a México como el 10º productor contribuyendo solo con el 2%.

El 98% de las exportaciones mexicanas de tomate llevan destino hacia Estados Unidos y el resto se distribuye a siete países en el comercio exterior.

Los mercados más potenciales para México son Rusia, Alemania y Francia, ya que son los de mayor importación de este producto.