Como es conocido, los productos orgánicos no poseen colorantes artificiales, saborizantes, ni químicos; en el caso de los animales, en ningún proceso de desarrollo se le proporcionaron hormonas y toda la producción en cualquier caso, se lleva a cabo de manera respetuosa por el medioambiente.
Para poder distinguirlos, cada uno de estos productos posee un sello o distintivo que se coloca en las etiquetas o en los envases de este tipo de productos. En ellos se menciona quien es el certificador y tipo de certificación que tiene ese producto.
En fechas futuras aparecerán en el mercado algunos productos con el distintivo “SAGARPA Orgánico México”.
Cabe mencionar que este tipo de productos están certificados por una serie de empresas certificadoras, las cuales están avaladas y autorizadas por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), de acuerdo a los lineamientos mexicanos para la producción orgánica.
Estas empresas certificadoras con oficinas legales, están establecidas en la República Mexicana, cuentan con apoyo técnico y un staff técnico suficientemente capacitado con profesionales que garanticen el cumplimiento correcto de los reglamentos y obtener ante SENASICA su registro y aprobación.
Hace muchos años comenzó la producción orgánica en México con la producción de café y fueron los pequeños productores que se dedicaron a la producción de aquellos cafetaleros que se encontraban abandonados, para trabajarlos tiempo después sin químicos.
Desde entonces, muchos de los productores están agrupados en cooperativas o asociaciones, que hacen el acopio, mismo que se van llevando a los canales de distribución, ya sea a través de tiendas especializadas o autoservicios de la República Mexicana.