“La producción de estos productos tiene una gran importancia, no solo a nivel económico sino para preservar los ecosistemas pequeños que además ayudan en el combate de agentes invasores”.

Deben existir zonas de amortiguamiento adecuadas entre los cultivos orgánicos certificados y los cultivados convencionalmente, para evitar la deriva de materiales prohibidos hacia los cultivos orgánicos certificados, incluso si el cultivo no certificado no es suya. Las zonas de amortiguamiento deben ser una barrera (zanja de desvío o seto denso) o un área de tamaño suficiente y debe estar bajo el control de gestión del agricultor certificado. La zona de amortiguamiento necesaria variará, según el equipo utilizado en terrenos adyacentes no certificados. Por ejemplo, el uso de equipos de rociado a alta presión o aplicaciones aéreas de pesticidas en campos adyacentes, aumentará el tamaño de la zona de amortiguamiento. Consulte con su certificador los requisitos específicos de almacenamiento intermedio. Los tamaños de las zonas de amortiguamiento suelen oscilar entre 20 y 250 pies, según las prácticas de campo adyacentes.

Las zonas de amortiguamiento pueden incluir cortavientos y barreras vivas, como un seto denso. Un seto denso de menos de 50 pies de ancho, puede ofrecer una mejor protección contra la contaminación que un seto de 50 pies.

La producción orgánica, puede ser un desafío dadas las abundantes lluvias durante la temporada de crecimiento, que provocan una mayor presión de enfermedades, insectos y malezas. Sin embargo, los productores a través de la selección adecuada de la variedad y el sitio, la atención estricta a las prácticas culturales, el saneamiento y una mayor atención prestada a la exploración de las plantaciones semanalmente para detectar brotes de plagas anticipadamente, han tenido éxito en la producción de arándanos orgánicos de calidad.

Por el contrario, no apreciar el riesgo de enfermedades, desarrollo de insectos y malezas, no diseñar e implementar una estrategia de manejo de una temporada (y de varios años), puede conducir a pérdidas graves de cultivos en años particulares. Un MIP (Manejo Integrado de plagas) exitoso, es esencial para la producción sostenible de arándanos orgánicos.

Desarrollo de una estrategia de MIP

1. Examine detenidamente su operación de arándanos. Divídalo en plantaciones específicas o “bloques”.

2. Produzca un mapa de cada plantación (o bloque) para registrar malezas, brotes de plagas, deficiencias de nutrientes, problemas de drenaje, plantas faltantes y cualquier otra anomalía que encuentre.

3. Desarrolle un sistema de mantenimiento de registros para cada plantación o bloque.

4. Desarrolle un plan de exploración para cada bloque y registre los resultados.

5. Supervise y registre los factores climáticos, comprenda los patrones climáticos básicos del área.

6. Mantenga adecuadamente su equipo de rociado, calibre el rociador, seleccione las boquillas apropiadas y reduzca la deriva del rociado.

7. Desarrolle un conocimiento profundo de las plagas, que es probable que encuentre durante el año. Esto incluye la biología básica de la plaga, los síntomas y/o el daño, ya sea una plaga primaria o secundaria, los umbrales de exploración y el mejor momento para implementar prácticas de manejo.

8. Elija una estrategia de manejo de plagas para la plantación (o bloque) que se base en toda la información que ha recopilado. Utilice las opciones que tengan más sentido para su operación.

9. Continúe con su educación sobre el manejo de plagas.