Agricultura protegida, producción bajo invernadero y producción controlada son hoy por hoy el tema a tratar como una de las diferentes opciones productivas del campo mexicano.
Los cambios radicales que conlleva la transformación de sistemas agrícolas tradicionales a modernos hacen que los conceptos ordinarios de la economía agrícola resulten insuficientes para su comparación.
En los sistemas ‘tradicionales’, los agricultores trataban de colaborar con nuestras tierras reponiendo en ciclo cerrado la mayoría de los insumos. En los sistemas ‘modernos’ se procura tener más producción y menos inversión, mayor calidad con mayor rapidez; actualmente tal patrón se logra por medio de la agricultura hidropónica y de manejo de invernaderos.
El cultivo en invernadero ha alcanzado importancia en demasía, pues mundialmente se reporta cerca de 56, 300 ha para la explotación de flores y plantas de ornato, lo que nos da una idea del recurso. Algunos de los continentes que más han adoptado esta tecnología por motivos de condiciones climáticas adversas, son: Asia, América del Norte y gran parte de Europa.
En Holanda se tiene un 80% de la superficie destinada a la producción bajo agricultura protegida, ocupada por cultivos hortícolas en donde destacan las siguientes especies: tomate, pepino, lechuga, coliflor, melón, zanahoria, espinaca, puerro, col, apio y fresa. De éstas, las hortalizas más explotadas cultivadas con esta tecnología, son: pepino, tomate, pimiento, lechuga, calabacita, sandia, melón, ejote y berenjena.
En el 2004 la Asociación Mexicana de Productores de Hortalizas en Invernadero, reportaba un total de 3000 hectáreas de invernáculos en todo el territorio nacional. Hoy operan en México más de 6000 hectáreas de invernadero; de 1999 a la fecha la cantidad de éstos ha aumentado aproximadamente en un 600 por ciento.
Los proyectos que actualmente se vislumbran van en pro de la administración integral de todos los sistemas que componen la producción de cultivos en agricultura protegida, utilizando enfoques multiobjetivos; en los cuales, se debe hacer eficiente el manejo del clima, del agua y de fertilizantes para hacer disminución de contaminación.
Tales propósitos solamente serán posibles haciendo partícipes modelos matemáticos que consideren todas las variables intervenidas en el sistema, y que a su vez estén incluidos en un software capaz de tomar decisiones con un mínimo error. Además de promover el desarrollo de sensores capaces de monitorear cada uno de los parámetros antes mencionados.