Los productores mexicanos pueden apoyar al sector energético incentivando los cultivos bioenergéticos, como son las semillas.
La bioenergía se puede definir como la energía que se produce a partir de materiales orgánicos, como son productos y subproductos agrícolas, pesqueros, acuícolas, residuos forestales, residuos orgánicos municipales (basura orgánica), excremento de animales, grasas y aceites de origen vegetal o animal.
En el caso de los productos agrícolas como los diferentes granos o semillas como son el maíz, el trigo o el sorgo, que se fermentan por levaduras para obtener alcohol y así generar etanol, pero también existen otros productos que sirven para la producción del bioetanol a gran escala y de manera biológica, como la caña de azúcar o la remolacha que su fermentación parte del contenido de sacarosa (azúcar común).
El etanol es un combustible que representa una alternativa para mejorar el ambiente y una opción productiva. Sin embargo, es importante destacar que el cultivo de granos y semillas para la creación de este combustible se realiza sin sustituir la superficie ocupada por los cultivos prioritarios para la alimentación humana.