“El mundo de la investigación crece de manera constante, con ello el uso de nuevas herramientas que permitan elevar una producción agrícola, de pie a una seguridad alimentaria garantizada y lograr equilibrar los precios de los productos”.
Las nuevas tecnologías se han convertido en una necesidad primordial para el crecimiento agrícola. Puesto que para el año 2050 seremos más de 9.3 billones de bocas que alimentar, por ello, necesitaremos más de 60% de alimentos y tan solo el 85 % de ellos provienen de la agricultura. Para lograrlo, precisamos del uso de la ciencia, la tecnología e inversión.
Los Drones o UAVs (UnnamedAerialVehicle o Sistema Aéreo No Tripulado), son pequeños aviones, helicópteros o artilugios voladores, no tripulados, que están dotados de cámaras de visión directa, térmica o infrarroja, así como otros sensores como los de tipo laser, que se pueden usar para sobrevolar y captar información de edificios, superficies, etc.
Actualmente existen nuevas oportunidades de desarrollo y tecnología dentro de la agricultura protegida, debido a su continuo avance en el que se emplean nuevas técnicas de control climático, medición de humedad, iluminación concentración de CO2 y temperatura.
El robot aéreo llamado “DRON”, tiene la capacidad de desplazarse y colocar sensores en cualquier punto, proporcionando ventajas sobre otras alternativas. Dicha tecnología nos ayuda a mejorar el control de clima y monitoreo del cultivo.
Un DRON puede equiparse con sensores de temperatura, humedad, iluminación y concentración de CO2, así como un controlador para recoger las medidas y enviar los valores a través de una red inalámbrica.
Ante este hecho, los investigadores han realizado un análisis completo de la mecánica de fluidos computacional, que ha determinado la posición óptima para estos sensores y ha demostrado que los flujos de las hélices no producen interferencias en sus medidas.
El dron, sigue de manera autónoma su destino programado dentro del invernadero, puede desplazarse libremente en busca de alguna anomalía en las mediciones. Y se destaca que uno solo tiene la capacidad de monitorizar cientos de hectáreas de manera precisa, analizando las condiciones y características del terreno, obteniendo con ello, datos sobre su hidratación y humedad, temperatura para la realización de labores agrícolas, así como evaluando el ritmo de crecimiento de los cultivos realizados.
De igual forma localiza las enfermedades que pueda tener el cultivo. Ya que están preparados para enfocar de manera prematura las plagas que pudieran arruinar la cosecha esperada. Los datos que se recopilan suponen una disminución de los costes asociados a la gestión de las tierras.