Sabías que…
Los quelites fueron símbolo de riqueza y fertilidad prehispánica, pues su comercio se fortaleció para que se favoreciera la economía de ese entonces.
En la cocina mexicana existen elementos invaluables por su diversidad, calidad y economía, así que un gran ejemplo para aprovechar lo que la naturaleza nos brinda son los quelites.
La palabra quelite se deriva del náhuatl, ‘quilitl’, que se refiere a las plantas herbáceas cuyas hojas y tallos tiernos se consumen. Actualmente en México, se conocen más de 250 especies.
Los quelites son un complemento a la dieta básica y son consumidos por numerosos grupos étnicos en todas las regiones del país, tan sólo en Chihuahua, se consumen más de 120 especies.
Las variedades más conocidas son: los romeritos, el quelite cenizo, quelite acumbo, quelite de frijol, quelite de venado, tequelite, la verdolaga, los malacates, los chivitos, el huauzontle, el pápalo quelite, el quintonil, la chaya, la lengua de vaca, la hierbamora, la guía de chayote, el chepil (o chipilín), la pipicha, el alache, la hoja santa (o acuyo) y el berro, entre otros más.
Cabe destacar que en México la producción anual de quelite comercial, es de más de novecientas toneladas. Esto representa un aporte económico, nutricional y gastronómico muy importante para las comunidades rurales del país.
Este producto es considerado especie promisoria ya que contienen nutrientes que enriquecen la dieta y nutrición de las personas que viven habitan en zonas de vulnerabilidad alimenticia.