Las semillas son el origen de diversos alimentos, por eso es tan importante que se conserve en las mejores condiciones, esto es responsabilidad del Servicio Nacional de Investigación y Certificación de Semillas (SNICS).
La certificación que otorga el SNICS garantiza que la semilla empleada para la siembra dará como resultado un cultivo vigoroso y uniforme, además nos asegura que se encuentra libre de plagas y enfermedades, lo cual reditúa en una mejor cosecha y mayores ingresos para los productores.
El proceso de certificación lleva toda una metodología, que consiste en una inspección de campo y un análisis de laboratorio que compruebe la calidad de las semillas desde su origen, proceso de producción, almacenamiento, hasta su comercialización.
Una vez aprobada la inspección de campo y los análisis del laboratorio, la SAGARPA entrega una etiqueta oficial que avala la calidad de la semilla. Sólo las semillas que cubren los requisitos de alta calidad genética, fisiológica, física y fitosanitaria son certificadas por el SNICS.
La certificación de semillas ofrece certidumbre al agricultor, garantizando la calidad física, genética, sanitaria y fisiológica de las semillas, dándole al consumidor una evidencia sobre el insumo que está adquiriendo por medio de un certificado de calidad (etiqueta de certificación).
Algunos datos que debes recordar:
- Superficie sembrada con semilla certificada 53 mil 775 hectáreas
- Producción de semilla certificada 276 mil 410 toneladas
- Principales cultivos que se certifican: maíz, trigo, soya, avena, papa, cebada, frijol
- Cultivos con mayor producción de semilla certificada: trigo, maíz, avena, papa, soya
- Muestras de semillas analizadas: 419 a las que se les realizaron 759 estudios
Una semilla certificada es garantía de calidad y le ofrece al productor la seguridad en rendimiento y producción de sus cosechas.