Para los agricultores, la decisión sobre qué semillas plantar a menudo ocurre en el otoño, mientras se cosecha la cosecha del año anterior. Cada otoño, para los agricultores, la decisión sobre qué semillas plantar a menudo ocurre en el otoño, mientras se cosecha la cosecha del año anterior.

Cada otoño, los agricultores de granos cosechan sus cultivos y comparan qué variedades de soja o trigo o híbridos de maíz fueron los mejores durante todo el año y, por supuesto, cuáles tienen el mejor rendimiento resultante. En promedio, si un agricultor está satisfecho con una determinada variedad, la comprará y la volverá a sembrar al año siguiente; si no, entonces buscará algo nuevo.

Ventajas de cultivar a partir de semillas

Cultivar a partir de semillas es la forma natural de hacerlo y produce una maravillosa variación de cogollos dentro del mismo rango genético. Aunque cultivar a partir de un clon femenino te garantiza una planta femenina, a menos que cambies el entorno de cultivo, hay poco margen para la variación y, por lo tanto, para la mejora.

Hay una gama más amplia de cepas disponibles en semilla que en clon, lo que abre tus opciones para cultivar con diferencias genéticas. Algunas variedades funcionan mejor cuando se inician directamente en el jardín a partir de semillas.
La semilla es menos costosa. Un paquete de semillas generalmente cuesta menos que un paquete de seis semillas y producirá al menos de cinco a seis veces más plantas.

La semilla le da al agricultor la capacidad de experimentar con nuevas variedades que no están disponibles en su centro local.

Conocer y preparar su entorno

Esto incluye su zona de resistencia, las condiciones del suelo y la temporada de crecimiento. Para temporadas de crecimiento más cortas, pruebe variedades de maduración rápida que puedan producir rendimientos máximos para su temporada de crecimiento. Existen algunas trampas si un agricultor no tiene experiencia en el cultivo de plantas a partir de semillas.
Los problemas más comunes son poca o ninguna germinación, plántulas jóvenes que caen muertas o que crecen demasiado altas y de piernas largas. Hay soluciones a estos problemas. Primero, sin germinación.
La creencia común es que la semilla no es buena. Por lo general, este no es el caso a menos que la semilla haya estado en un cajón de la cocina durante varios años, ya que las empresas de semillas prueban su semilla después de la cosecha para asegurar que el cliente tenga una buena germinación y para cumplir con las regulaciones federales.
El fracaso es con frecuencia el resultado de malas prácticas culturales y se puede prevenir.

La mala germinación suele ser el resultado de uno o más de los siguientes:
1. Enfermedades transmitidas por el suelo.
2. Pudrición de la semilla debido a suelos demasiado fríos y húmedos.
3. Secado de la superficie del suelo que mata la plántula en desarrollo.
4. Plantar las semillas demasiado profundamente.
Para una buena germinación, la semilla debe cultivarse en un entorno en el que germine rápidamente, ya que cuanto más tiempo esté la semilla en el suelo antes de que brote, más propensa será a pudrirse y enfermarse. La forma más fácil de proporcionar un suelo libre de enfermedades es comprar una mezcla de inicio de semillas producida comercialmente. Estos suelos preempaquetados suelen ser una mezcla de musgo y perlita o vermiculita que han sido esterilizados para matar todas las enfermedades transmitidas por el suelo. Están naturalmente bien drenados, pero debe usar un contenedor de cultivo que tenga orificios de drenaje para permitir que escape el exceso de humedad.

En la mayoría de las condiciones del hogar, la temperatura del contenedor de suelo será más fría de lo ideal. Para acelerar la germinación, la bandeja de semillas se puede colocar sobre una superficie cálida para proporcionar calor en el fondo.
La mayoría de las variedades geminarán mejor si la temperatura del suelo es de aproximadamente 70 grados F.

Las temperaturas del suelo deben tomarse insertando un termómetro de suelo de 3 a 4 pulgadas de profundidad en la superficie del suelo y anotando la temperatura.

Elegir la época adecuada del año.

La época del año en que siembras la semilla tiene un efecto directo en el éxito de la siembra. El momento adecuado asegura que germine de manera efectiva, crezca rápidamente y se mantenga saludable mientras se establece. El comienzo del otoño es el momento ideal para plantar semillas, según el Programa de Césped de Extensión de la Universidad de Massachusetts.
1 En este punto, el suelo aún está lo suficientemente cálido como para acelerar la germinación, mientras que los días son frescos y, a veces, lluviosos, lo que ayuda a garantizar que las semillas secar. A principios del otoño también hay suficiente luz solar para permitir que las semillas prosperen y se establezcan antes de que llegue el invierno.

Al elegir una semilla, los agricultores consideran muchos factores, entre ellos: ¿Qué semillas son las mejores en los campos individuales de los agricultores?
¿Qué semillas crecen mejor en la ubicación general de los agricultores?
¿Qué semillas son fácilmente comercializables en la ubicación de los agricultores?
¿Qué productos de semillas cosechables tiene la mayor demanda?.
actual y situaciones laborales?

 Después de tomar la decisión de qué cultivo plantar, es hora de elegir qué variedad/híbrido plantar también. Al igual que usted elige qué variedad de vegetales le gustaría plantar en su jardín, a los agricultores les gusta elegir qué variedad/híbrido plantarán para el año siguiente. Y al igual que las verduras en la tienda, ¡hay innumerables opciones!

 Las preguntas anteriores son solo un puñado de lo que pasa por la mente de un agricultor al elegir lo que será mejor para sembrar en su finca el año siguiente. Como puede imaginar, elegir la semilla adecuada para el campo es una tarea muy importante y difícil, y adivinar qué tiempo hará el año siguiente, ¡una tarea aún mayor!