El maíz grano es un cultivo estratégico e histórico para México por su importancia en la alimentación humana y ganadera, y el frijol lo es en la dieta nacional.
En 2014 la producción de maíz grano fue superior a 23 millones de toneladas y el maíz forrajero llegó a más de 13 millones de toneladas, por su parte, el frijol, alcanzó en producción más de un millón de toneladas; motivo por el que se crean estrategias específicas para la producción de estos granos.
Es por ello que la SAGARPA, apoya a productores de bajos ingresos ubicados en zonas de alto potencial productivo, con el objetivo de incrementar la rentabilidad de las unidades productivas a través de un enfoque de cadena que tienda a fortalecer los Sistemas Producto Maíz y Frijol, creando así nuevos agentes económicos.
El Programa de Incentivos para productores de Maíz y frijol (PIMAF), es el medio para alcanzar ese objetivo mediante incentivos para:
- Integración de cadenas productivas (Sistemas Producto)
- Desarrollo de clúster agroalimentario
- Inversión en capital físico, humano y tecnológico
- Reconversión productiva, agroinsumos, manejo postcosecha
- Uso eficiente de la energía y uso sustentable de los recursos naturales
La población objetivo comprende a pequeños productores de maíz y fríjol hasta con cinco hectáreas, ubicados preferentemente en los municipios de los Polos de Desarrollo de los estados de Aguascalientes, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Así como también aquellos productores solicitantes ubicados en los 1,012 municipios de la Cruzada Nacional Contra el Hambre en forma individual.
Algunos datos que sustentan la importancia de estos dos granos son la aportación de maíz mexicano al mundo, el cual tiene una participación del 2.2% del total internacional y que la producción nacional de frijol alimenta al 98% de la población de nuestro país.