El crecimiento del sector se tiene que medir también por el impacto en lo social; con la inserción de los pequeños y medianos productores en los procesos de productividad, competitividad y rentabilidad.
En los últimos años México se ha consolidado como una potencia productora de alimentos, al grado de ocupar hoy el décimo segundo lugar de 194 países en el mundo.
Hoy tenemos una contribución importante al Producto Interno Bruto con un sector agrícola que crece al 4.1 por ciento y el valor de las exportaciones mexicanas lo hace a un ritmo de 6.3 por ciento por año.
Por ello, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) acordaron fortalecer líneas de trabajo en el acompañamiento de los productores del campo, en procesos de financiamiento y de tecnificación, así como en proyectos de transformación agroindustrial.
En un encuentro entre el titular de la SAGARPA, José Calzada Rovirosa, e integrantes de la CANACINTRA se destacó el tema de la diversificación de mercados, lo cual se logrará con el fortalecimiento de acciones en materia de sanidad e inocuidad, así como la inversión en cadenas de valor agregado, sistemas de agrologística -como centros de acopio, procesamiento y empaque-, cuartos frigoríficos, rastros TIF, invernaderos, tecnificación del riego y esquemas de financiamiento con la participación de la banca privada.
El crecimiento del sector se tiene que medir también por el impacto en lo social; con la inserción de los pequeños y medianos productores en los procesos de productividad, competitividad y rentabilidad.
Un ejemplo de este impacto es que el campo en México vale 45 mil millones de dólares y genera millones de empleos.