La aplicación de mejores tecnologías en el sector agroalimentario favorece la conservación y el mantenimiento de los ecosistemas, además de generar mayores rendimientos y mejor calidad de los productos.
Una aportación significativa como una nueva tecnología incorporada a la producción de alimentos de forma sustentable es la hidroponia. Esta técnica sustituye el suelo agrícola por el cultivo de plantas en disoluciones minerales, lo que favorece la conservación de suelos.
La hidroponia, también denominada agricultura sin suelo, es un conjunto de técnicas en la que mediante el diseño de estructuras que favorecen las condiciones ambientales idóneas se puede producir cualquier planta de tipo herbáceo, al mismo tiempo que permite el aprovechamiento de cualquier área (azoteas jardines, suelos infértiles, terrenos escabrosos, etc.) sin importar las dimensiones ni el estado físico de estas.
Esta técnica, se ha comprobado, utiliza menor cantidad de agroquímicos; las condiciones de humedad relativa y temperatura se controlan de manera optimizada, el ciclo de producción es acelerado y las cosechas tienden a ser mayores que en campo abierto.
Además, los cultivos hidropónicos nacen como una alternativa sustentable porque permite una mayor eficiencia en la regulación de la nutrición y uso de fertilizantes, mayor densidad de plantas y de producción por unidad, es una fuente de generación de empleo pues utiliza la mano de obra de la región.
En México el campo por explorar en la hidroponia es vasto, sin embargo, muchos productores han adoptado esta técnica y contamos con cultivadores de autoconsumo y aquellos que lo hacen como una ayuda a su gasto familiar. En la parte comercial están desde los que venden productos hidropónicos al menudeo hasta los que se han convertido en exportadores.