Uno de los Objetivos del Milenio 2030 planteados por las Naciones Unidas, es poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible. Se podría pensar que para lograrlo la mejor solución puede estar en promover sistemas de producción que aumenten la disponibilidad de alimentos en el mundo.
Sin embargo, las cifras indican que el problema no está en la disponibilidad de los alimentos. Las debilidades van desde un problema de acceso hasta el desperdicio de alimentos que se expande alrededor del mundo. Principalmente las frutas, las verduras, las hortalizas y los tubérculos, son los que más se desperdician.
De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano (aproximadamente 1.300 millones de toneladas anuales) se pierde o desperdicia. Por ejemplo, en el caso de América Latina, con los alimentos que actualmente se pierden se podría alimentar a 300 millones de personas.
En términos económicos el desperdicio de alimentos acarrea pérdidas que superan los 500.000 millones de dólares. Para los países desarrollados la suma asciende a los $680.000 millones y para los países en desarrollo la cifra alcanza los $310.000 millones.
¿Por qué se presenta este fenómeno?
Estamos acostumbrados a desechar los productos que tengan una apariencia poco agradable o que estén estropeados, en los restaurantes ordenamos más de lo que podemos consumir o simplemente compramos más de lo que necesitamos en los supermercados.
También, las pérdidas se dan durante el proceso de producción. En la cosecha o el almacenamiento se generan desperdicios que traen como consecuencia la reducción de ingresos para los pequeños agricultores y un aumento de los precios para los consumidores.
El desperdicio de alimentos y su impacto en la agricultura
Muchas personas se preguntarán ¿por qué producir más alimentos de los que se consume puede ser un problema para la agricultura? Pues bien, la agricultura es una actividad en la que se invierte energía, tiempo, mano de obra y capital, además de grandes cantidades de recursos naturales no renovables como el agua y el suelo.
Más del 70% del agua dulce del planeta se utiliza en la agricultura y se estima que para el 2050 aumentará la demanda mundial de agua en un 55%. Si consumimos más de lo que se produce y desperdiciamos una gran cantidad de alimentos, estaremos promoviendo el desaprovechamiento del agua como recurso natural no renovable y anticipando su escasez.
También la actividad agrícola produce emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global y como consecuencia, al cambio climático. Si seguimos desperdiciando alimentos estamos generando un mayor impacto ambiental que nos afecta a todos.
Para disminuir las cifras de desperdicio de alimentos, los consumidores pueden:
- Promover políticas públicas que garanticen el acceso de alimentos a los más necesitados.
- Ordenar en los restaurantes o comprar en los supermercados solo los alimentos que se van a consumir.
- Comprar frutas y verduras irregulares, estas tienen las mismas propiedades solo que tienen una apariencia diferente.
- Donar el excedente de alimentos a alguien que los pueda aprovechar.
- Consumir los alimentos antes de la fecha de vencimiento
- Utilizar algunos desperdicios de alimentos como compost para abonar suelos.
Con estos pequeños pasos no solo evitaremos el desperdicio de alimentos, aportaremos a la erradicación del hambre y contribuiremos entre todos a la sostenibilidad de la actividad agrícola y a una producción futura más sostenible.
Fuentes: