El tamarindo es un árbol originario de la India, que llegó a México en la época colonial y desde entonces se ha convertido en deleite de pequeños y adultos.
Uno de los lugares donde tuvo más arraigo como alimento fue en el puerto de Acapulco, cuya variedad de dulces enchilados a partir de pulpa de esta rica vaina es deleite para cualquier paladar.
El cultivo de tamarindo se extiende por toda la zona tropical de nuestro país, especialmente en la vertiente del Pacífico, pero también en Yucatán. El árbol del tamarindo es espectacular y de él se pueden cosechar varios kilos, por lo que representa una importante fuente de ingresos.
En nuestro país el tamarindo se come en forma de dulce, lo que en la actualidad forma una industria importante, y también en agua fresca. Además, se utiliza en diversos platillos de la cocina tradicional como estofado de pollo al tamarindo, res o pescado aderezado con salsa agridulce de tamarindo o en bebidas como el tequila.
También se aprovecha en la industria textil para extraer colorantes de color negro, en la medicina tradicional y alternativa la pulpa se utiliza como laxante, pero también se usa contra el dolor de cabeza, quemaduras de azotadores, resfriados, tos, vómito, ictericia, hemorroides, llagas, inflamación, hemorragias e hipertensión.
La producción anual de tamarindo en México es de poco más de 48,000 toneladas, destaca en este rubro Jalisco con más de 23,000 toneladas, seguido de Colima con más de 12,000 toneladas y Guerrero más de 7,000 toneladas.