La enorme diversidad de climas y territorios de México, permite que durante todo el año haya cosecha de ciertas frutas y verduras que, de acuerdo a la temporada, aumenta su disponibilidad así como su calidad.
La producción agrícola mexicana se divide en dos temporadas: primavera-verano y otoño-invierno. La primera va del 1 de marzo al 30 de septiembre, y la segunda del 1 de octubre al 28 de febrero.
En estos ciclos los productos agrícolas crecen y maduran bajo las condiciones propias de la época del año en la que se establezcan.
El periodo de siembras de este ciclo comienza en marzo y finaliza en septiembre del mismo año. Generalmente las primeras cosechas de este ciclo inician en el mes de junio y concluyen en marzo del año subsecuente.
En México casi tres cuartas partes de la superficie agrícola se destinan a cultivos del tipo cíclico, 54 por ciento para Primavera/Verano y 17 por ciento para Otoño/Invierno, el 29 restante es superficie destinada a cultivos del tipo perenne.
Entre los productos obtenidos en este ciclo destacan: el jitomate, lechuga, chile, calabaza, ejote, pepino, col, frijol y maíz.
En promedio se cosecharán más de tres millones de toneladas de jitomate, 437 mil toneladas de lechuga, casi tres millones de toneladas de chile verde, y más de 456 mil toneladas de calabacita.