El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, su aroma inspira una variedad de creaciones, desde el tradicional café de olla, americano, capuchino, esspreso, pasando por el latte.
El molido de este aromático varía de acuerdo al tipo de preparación que se quiera obtener. El molido grueso, por ejemplo, se usa para hacer café de olla; el mediano para cafetera percoladora; el fino para eléctrica y el extrafino para esspreso.
Preparar café es todo un arte, es respetar y amar el trabajo de los productores, explica Omar Hernández de Café-Café, lugar que ofrece variedades cosechadas bajo sombra, de comunidades cafetaleras de Oaxaca, una de las principales zonas productoras.
Una de las mezclas es Mujeres del país de las nubes, de tueste medio y notas sabor a nuez; Aires del pacifico, tueste vienés con sabor intenso de nuez y cacao; Cuerpo, mente y alma, tueste claro y sabor a chocolate negro y especias y Sabores de mi tierra, tueste claro y sabor afrutado. Sellos que cuentan con la certificación LAO-SAGARPA para productos orgánicos.
Una opción es disfrutarlo por el método kálita que genera una bebida con cuerpo ligero que resalta los aromas y notas sutiles de cada grano. Se acompaña, con un vaso de agua, líquido que permite detectar los distintos sabores del café.
México destina una superficie de 30 mil hectáreas para la producción de este aromático, ubicadas principalmente en los estados de Chiapas y Oaxaca. Nuestro país es el principal productor de café orgánico del mundo.
