Estimados lectores, con el afán de crear y cooperar con la cultura y el crecimiento de cada uno de nosotros, en la revista TecnoAgro hemos decidido procurar tocar temas que proporcionen a ustedes cierta información cultural relacionada a lo que nos interesa: la agricultura en diferentes regiones, países, y culturas.

Seguramente algunos de ustedes conocen y sabrán sobre estos temas, pero estoy segura que encontrarán cosas y situaciones que no recordaban o quizá no sabían, es por eso que en esta ocasión les hablaré de cómo nace realmente la agricultura.

El inicio de la agricultura se encuentra en el período Neolítico (Edad de piedra reciente), cuando la economía de las sociedades humanas evolucionó desde la recolección, la caza y la pesca a la agricultura y la ganadería. Las primeras plantas cultivadas fueron el trigo y la cebada.

Sus orígenes se pierden en la prehistoria y su desarrollo se gestó en varias culturas que la practicaron de forma independiente y de manera simultánea, como las que surgieron en el denominado creciente fértil (zona de Oriente Próximo desde Mesopotamia al Antiguo Egipto), también surgió en  las culturas precolombinas de América Central, en la cultura desarrollada por los chinos al este de Asia, etc.

La agricultura y la dedicación de las mujeres a una maternidad intensiva permitieron una mayor densidad de población que no les permitía la caza. De esta manera al haber mayor producción y posibilidad de alimento hubo un mayor número de individuos.

Con la agricultura, las sociedades fueron volviéndose sedentarias, quedándose y ubicándose de manera grupal en diferentes zonas que principalmente les proporcionaran lo adecuado para la siembra.  De esta manera la propiedad deja de ser un derecho sólo sobre objetos móviles para trasladarse también a los bienes inmuebles, así se amplía la división del trabajo y surge una sociedad más compleja con actividades artesanales y comerciales especializadas.

Gracias a la agricultura se produce una transición gradual desde la economía de caza y recolección a la economía agrícola. Las razones del desarrollo de la agricultura pudieron ser debido a cambios climáticos hacia temperaturas más templadas, también pudieron deberse a la escasez de caza o alimentos de recolección, o a la desertización de amplias regiones. A pesar de sus ventajas, según algunos antropólogos, la agricultura significó una reducción de la variedad en la dieta, creando un cambio en la evolución de la especie humana hacia individuos más vulnerables,  y dependientes de un enclave que sus predecesores.