En los últimos diez años la actividad en el sector agropecuario mexicano ha adquirido un dinamismo sin precedente. México necesita producir alimentos para abastecer las necesidades del mercado interno y las del mercado de exportación, ambos crecientes y exigentes que los convierten en el gran desafío para las empresas de este sector. La innovación tecnológica exige que los trabajadores del campo desarrollen nuevas destrezas y habilidades para cumplir con las exigencias de consumidores cada vez más sofisticados.
Sin lugar a dudas, la minoría de nuestros trabajadores poseen a cabalidad los conocimientos que ofrece el nivel del tercer grado de secundaria. No se mencionen conocimientos y capacidades, porque la mayoría de los jornaleros apenas saben leer y escribir, por lo tanto, el reto es enorme.
Se ha escrito demasiado acerca de los diagnósticos; México esta sobre diagnosticado, y lo que hace falta son estrategias y programas específicos que permitan elevar la productividad por trabajador y que esto incida en un beneficio directo parael mismo trabajador y para la empresa. No olvidemos que los países que destacan en la OCDE son aquellos que han invertido en su talento. Se requiere desarrollar, ejecutar y vigilar un proceso nacional de certificación profesional en el trabajo, para lo cual se requiere del esfuerzo conjunto de la iniciativa privada (IP), del sector público (SP) en sus tres niveles de gobierno, y de los trabajadores del campo con el fin de que:
- La IP y el SP revisen y actualicen el mapa que define todos los puestos tipo con el perfil base que determina, tanto las distintas competencias y habilidades requeridas (de acuerdo con normas nacionales avaladas por estándares internacionales), como el nivel de dominio de las mismas.
- La IP y el SP en un esfuerzo a nivel nacional valúen el dominio que alcanzan los trabajadores del campo, de acuerdo al puesto que ocupan y las funciones que desempeñan (en teoría y en la práctica), lo cual será comparado contra los niveles requeridos de acuerdo con la tipificación alcanzada en el punto 1.
- Aquellos trabajadores que alcancen el nivel de competencia requerido en el puesto tipo que ocupan, quedarán certificados por SP como profesionales en ese puesto.
- Los que no alcancen la puntuación requerida de acuerdo con la exigencia del nivel del puesto, deberán ser capacitados y entrenados, por lo que deberán acudir a los cursos y talleres que establezcan en conjunto IP y SP, y después someterse a una segunda valoración con la cual, una vez aprobada, obtendrán su certificación.
Este proceso nacional de certificación debe ser avalado por la SEP y deberá ser actualizado cada dos años con el objeto de que los trabajadores profesionalizados del campo se mantengan actualizados de acuerdo con las innovaciones, o bien acceder a certificaciones para otros puestos.
Es posible inciar con un estado de la República como prueba piloto y con las experiencias y resultados, después de dos años extrapolarlo a nivel nacional.
Ya basta de promesas y hagamos realidad un programa que las empresas y los trabajadores en México necesitan para ser más competitivos en un entorno de cambio y desafio.
Jorge Segovia
Socio Director LYCANS
El éxito de su empresa depende del talento que contrate
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