Cambio climático, migración y reubicación de profesionistas.
*Por Jorge Segovia Fernández/Ing. Agrónomo
Hoy la palabra cambio climático es motivo de gran preocupación. Las voces que hace treinta años señalaban el adelgazamiento de la capa de ozono en la Antártida por reacciones químicas entre el estado triple del oxígeno (O3), misma que permanece como una capa de gas en la estratósfera y los radicales de sustancias que en estado artificial se generan por la actividad humana y se elevan hacia la estratósfera; son sustancias provenientes de compuestos prohibidos desde que se firmo el protocolo de Montreal en 1986, sustancias utilizadas para el desengrase en procesos industriales (tricloretano, por ejemplo), sustancias retardantes o extintoras de incendios, y refrigerantes como el gas freón. Todos estos compuestos reaccionan con el ozono y hoy se han ensañado en el hemisferio norte, debido a las reacciones químicas antes mencionadas y a un invierno particularmente frío. La capa de ozono en el ártico sufrió un adelgazamiento 33% mayor al observado en el año anterior. La incidencia de los rayos solares que penetran a través de la atmósfera, que no han sido filtrados cuidadosamente por una capa de ozono, provoca que los rayos ultravioleta sean particularmente más dañinos a la piel.
Por otro lado, también estamos sufriendo el calentamiento global por acumulación de gases de efecto invernadero, como el bióxido de carbono, que han provocado el aumento de la temperatura de la corteza terrestre (tierra firme y océanos), con el consecuente desfasamiento de las estaciones, irregularidad en la precipitación pluvial, y consecuente cambio de temperaturas.
Los efectos en la producción de alimentos ya son patentes; los cambios estacionales adelantan o retrasan floraciones, que aunadas a temporales de lluvia impredecibles (ausencia o excesiva abundancia), provoca el decremento en la producción y/o en la calidad de la cosecha, la presencia de plagas o enfermedades que agreden con mayor virulencia, valga la expresión, a los cultivos.
Las empresas deberán estar preparadas para convivir con las anomalías climáticas y tomar mejores decisiones ante situaciones inesperadas. Por otro lado, las empresas deben explorar las nuevas condiciones climáticas en otras regiones, y revisar sus posibilidades de migrar a nuevas zonas y tierras de cultivo, donde la práctica sea factible desde el punto de vista agronómico, aunque también en lo que se refiere al abastecimiento de todos los demás recursos necesarios para desarrollar la actividad, como infraestructura, logística y personal.
En lo que corresponde al tema de los recursos humanos, es muy importante la disponibilidad de personal operativo en la nueva zona de cultivo. Si se trata de un primer ejercicio con un determinado tipo de cultivo, el personal tendrá poco o nulo conocimiento y/o experiencia, por lo que se hace indispensable la reubicación de personal clave proveniente de la empresa en otras zonas o países, quienes deberán ser conocedores y expertos en la materia, aunque también deberán poseer algo que a veces no se toma en cuenta: que tengan capacidades probadas de pedagogía y que enseñe a sus nuevos pupilos en las particularidades del nuevo cultivo.
Estos profesionistas que vienen de otras regiones o países a iniciar un proyecto totalmente nuevo en la zona, deben ser seleccionarlos muy bien, en cuanto a su interés por probarse en un proyecto que inicia desde cero, con requerimientos muy distintos y, seguramente, de alta demanda en recursos de todo tipo, el tiempo incluido. Por lo tanto estos profesionistas deben estar rodeados de personas que entiendan y faciliten las actividades propias de un inicio de operaciones. Los cambios de residencia siempre son complicados, por lo que la empresa deberá proveerle de todas las facilidades para que este cambio suceda sin, o con el menor contratiempo posible (mudanza, estancia, residencia, escuelas para los hijos, viajes al lugar de origen -al menos una vez por año-, etc.). Recordemos que estas personas, una vez que la operación se encuentre funcionando satisfactoriamente, probablemente regresen a sus lugares de origen, o bien cambien de horizontes hacia otra zona o país; por lo tanto, una de sus funciones primordiales será el entrenamiento de su sucesor o equipo de sucesores que siga(n) con las actividades y lleven a la empresa, en su nueva ubicación, a buen fin.
Cambio climático, migración y re-ubicación seguirán presentes en nuestras vidas por un buen tiempo, así que estemos preparados para enfrentarlos de la mejor manera posible.
Socio Director de Media Hunters México
Consultores en Recursos Humanos y Negocios
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