Así dice una canción de Mercedes Sosa, la cantautora de origen argentino; “Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo”. Qué razón tiene esta melodía, porque nuestra realidad es el cambio. El tiempo avanza de prisa, tanto que no lo alcanzamos; son reuniones y reuniones, conferencias telefónicas, el email atascado con cientos de mensajes no leídos, una cascada de información (no todo es basura). Y todo esto es consecuencia de una globalización que ha invadido el espacio de todos aquellos que poseemos un enlace de internet. Es la conexión inalámbrica que nos sigue a todos lados, y a veces nos aprisiona e impide disfrutar de la vida privada. Así es este efecto en el mundo urbano, pero ¿y el mundo rural? El sector generalmente atrasado en los países en desarrollo es la clave para detonar el crecimiento interno. En México no es la excepción y China, un país convertido en potencia mundial, es un ejemplo de visión de cómo resolver un problema de esta índole en el mediano y largo plazo: de los 1,300 millones de habitantes chinos, una tercera parte habita en zonas urbanas (ciudades como Beijing, Shangai, etc.), pero más de 700 millones de chinos habitan en zonas rurales. No obstante el nivel de consumo en ambos casos es contrario y diametralmente opuesto: los habitantes del sector urbano son responsables de dos terceras partes del consumo, mientras los habitantes de zonas rurales son responsables de sólo la tercera parte de ese consumo. Según autoridades chinas, el problema radica en que la brecha entre el ingreso per cápita urbano y el rural, cada vez se ensancha más, cuando treinta años atrás era prácticamente igual. Para un desarrollo integral se requiere de planificación rural y urbana, distribución geográfica de las industrias, infraestructuras y servicios públicos, libre administración de los mercados y administración social. No se aprecia que las autoridades mexicanas de los distintos niveles de gobierno estén haciendo una planeación integral como la descrita anteriormente; los resultados que se observan son, en múltiples ocasiones, esfuerzos aislados consecuencia de la falta de planeación integral; se palpa una falta de entendimiento entre gobierno federal, estatal y municipal, aún siendo del mismo partido político.
Se nota que ha habido un flujo muy importante en las zonas rurales, de las remesas de nuestros paisanos que van a trabajar a los estados EUA. Uno observa fuera de las ciudades, en el campo, la edificación de casas de dos plantas con diseños arquitectónicos importados, la apertura de múltiples negocios y comercios, un aumento considerable del número de vehículos importados, lo cual confirma que ha habido un incremento del nivel de consumo de una parte de los mexicanos que viven en zonas rurales. No obstante, nuestros gobiernos hacen poco en lo relacionado a la planificación, infraestructura y desarrollo. Por lo tanto las zonas rurales son un caos, que incluso ha llegado al colmo de “cambiar el paisaje” generando un nuevo problema de contaminación visual, que se podría resolver ahora que comienza, no dejarlo crecer y que alcance las dimensiones como las que viven algunos países del continente europeo –principalmente de la parte oriental-, por el desorden y la alta densidad de población.
Es cierto lo que dice la canción, todo cambia, hasta el paisaje rural. China aún tiene un problema enorme por resolver, puesto que tiene poco más del 20% de la población mundial, y aporta poco más del 5% al PIB global. Ya están trabajando en esto, para lograr niveles como los de EUA con 6% de la población y 26% del PIB mundial. ¿Y México? Con 1.6% de la población mundial y 1.9% del PIB; muy lejos todavía de nuestros vecinos del norte. Siendo que es ésta nuestra realidad, tenemos la obligación de conducir el cambio por el sendero que mejor convenga. Conducir nuestro destino, en lugar de dejarlo en manos incompetentes. Es impostergable que se planifique a nivel nacional, y se ejecute localmente de manera integral, para que se eleve el nivel de bienestar y consumo de las zonas rurales y suburbanas. Convertir un lastre (como siempre se ha tratado al campo) en motor de crecimiento interno de la economía mexicana para el presente y el futuro.
Jorge Segovia Fernández
Ing. Agrónomo
Socio Director de Media Hunters México
Consultores en Recursos Humanos y Negocios
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