El cultivo del rosal se realiza tanto en invernaderos como en campo abierto, y en ambos casos, presenta incidencia de parásitos específicos que merman la calidad y producción de esta ornamental. Por ejemplo, la mancha negra del rosal es común en campos de cultivo debido a las características de supervivencia del hongo así como a las condiciones climáticas que propician la infección en el rosal, en cambio, su presencia es baja o nula en invernadero, a diferencia de la cenicilla polvorienta, la cual puede presentarse con gran incidencia durante todo el año en los rosales en agricultura protegida.

De igual manera, los artrópodos fitófagos como el caso de la araña roja, se presenta como plaga primaria bajo condiciones de invernadero, provocando serios problemas en el desarrollo de la planta.

 

Las plagas y enfermedades mencionadas a continuación incluyen las de mayor impacto económico y que generalmente se presentan en invernaderos. En México se han reportado poco más de 15 diferentes patógenos que atacan esta ornamental, tanto en las partes aéreas como a la raíz.

No se incluyen especies parásitas que también dañan como mosquita blanca, cochinillas, tijeretas, gallina ciega, minador, caracol, entre otras.

  • Pulgón verde Macrosiphum rosae.

Los adultos miden 3 mm, son de color verde, sin embargo pueden ser color rosado. Hay formas aladas y ápteras. Los primeros se forman como respuesta a altas densidades de población, reducción del huésped y cambios en las condiciones ambientales. Las hembras partenogenéticas producen desde 50 o más ninfas activas en un periodo de dos semanas. Los machos pueden solamente producirse en climas muy fríos.

Este insecto ataca a los vástagos jóvenes o a las yemas florales, presentan manchas descoloridas en los pétalos. Otros daños comunes son distorsión de las hojas nuevas y flores. Altas infestaciones pueden causar defoliación y pérdida de la floración. Un ambiente seco y no excesivamente caluroso favorece el desarrollo de este pulgón.

Control: factores ambientales como altas temperaturas o precipitaciones abundantes son causales de mortalidad. Depredadores como catarinas y alas de encaje son buenos depredadores, pero el parasitoide Aphidius rosae posee efectivo control sobre este pulgón.

Control químico a base de Pirimicarb, Diazinón, Ometoato, Cipermetrina y otros piretroides. Estos insectos logran adquirir rápidamente resistencia a los insecticidas, por lo tanto, deben evaluarse productos de diferente grupo toxicológico para determinar la susceptibilidad y resistencia.

  • Trips. Una de las especies más comunes en el rosal es Frankliniella occidentalis.

El adulto se caracteriza por ser color amarillo pajizo, mide 1 mm. Las ninfas son blanquizcas y cristalinas pasando por 4 instares ninfales; los dos primeros carecen de alas, el 3º y 4º instar tienen alas parcialmente desarrolladas y se les conoce como “prepupa” y “pupa” respectivamente. Los huevecillos son de tamaño muy pequeño color blanco y son insertados en los tejidos de las plantas. Estos incuban en un periodo de 6 días. El ciclo completo de huevo al estado adulto es de 16 días aproximadamente. Pueden presentarse varias generaciones al año. Los adultos pasan el invierno en en plantas hospederas silvestres y al año siguiente se dirigen a los rosales para su infestación.

Tanto ninfas como adultos succionan la savia de los botones florales, ocasionando un raspado de la epidermis de los pétalos y manchando las flores. Generalmente se les encuentra en la parte basal de los pétalos o en la parte intermedia de los sépalos, ocasionando que la flor no se abra o bien si llega a abrirse permanece así únicamente uno o dos días. Las flores abiertas presentan daño en la parte superior de los bordes de los pétalos.

Las medidas de control incluyen identificación de la presencia de los primeros trips; realizar aplicaciones de insecticida al momento en que los botones se encuentran aún cerrados; si los trips se han introducido entre los pétalos, se recomienda podarlas y sumergirlas en una solución; cuando se observan los primeros daños comenzar los tratamientos antes de la apertura de los pimpollos, si coincide con la floración es preferible utilizar polvos mojables o humectables. El control químico puede realizarse por medio de insecticidas con ingrediente activo como Diazinón, Dimetoato, Ometoato y Acefate.

  • Araña roja Tetranychus urticae Koch.

La hembra mide 0.5 a 0.6 mm, de color rojizo anaranjado con manchas oscuras en el interior, en este estadio realiza la invernación en el suelo o también lo pueden hacer en la estructura del invernadero, en restos de cosecha, cortezas de árboles o malezas; el macho es color amarillento con manchas oscuras en su dorso y ojos rojos, es característicamente más pequeño y activo que la hembra. Los huevos miden 0.12 mm de diámetro, son esféricos, lisos y amarillentos y ovipositados cada dos ó tres días, con un total de 100 a 200 huevecillos.

Producen hilos de seda y viven agrupados cubiertos y protegidos con la seda, contra depredadores, desecación y la lluvia, así como de algunos insecticidas de contacto.

Estas arañas succionan la savia de la planta especialmente en el envés de las hojas, causando un color rojizo y en el haz toman un color grisáceo o un punteado o manchas finas blanco-amarillentas en las hojas. Causa defoliación. La presencia de este parásito es más abundante durante los días calurosos y secos.

Control: este artrópodo es polífago y cosmopolita, y por ende, se deben de tomar todas las medidas necesarias para evitar su diseminación y reproducción. Se pueden realizar aspersiones en el envés de las hojas cada 7 ó 10 días a una temperatura entre 23 y 30°C. Los Insecticidas que ofrecen control incluyen, Dicofol, Propargite y Abamectina.

Depredadores como Phytoseiulus persimillis se comercializan para eliminar huevos, ninfas y adultos.

Considerando la biología de este tetraníquido, las medidas culturales incluyen tratamiento de la estructura del invernadero, reducir las fertilizaciones con nitrógeno, pues este nutriente favorece las infestaciones; eliminación de hospederos alternantes como malezas y de cultivos anteriores.

  • Roya Phragmidium disciflorum

Este hongo es un parásito obligado. Ataca tallos y hojas de todas las variedades del rosal, tanto silvestres como cultivadas. Produce varios tipos de esporas, las aeciosporas (que son las reinfectantes y requieren de agua durante un mínimo de 6 horas para la germinación) que están en pústulas color anaranjado, las uredosporas y teliosporas (esporas color negro invernates que pueden permanecer en restos de cosechas, hojas y otros materiales), las cuales causarán las infecciones en el siguiente ciclo de la planta.

En las hojas se presentan pequeñas manchas circulares y rugosas con un anaranjado intenso en el envés, y en el haz se observan ligeramente amarillentas y a veces rodeadas de una zona verdosa. Las lesiones en los tallos son alargadas y angostas.

Control: eliminación de hojas infectadas, reducir la condensación del agua y que permanezca en las hojas; aspersiones de fungicidas cada 7 días cuando las condiciones son favorables para el desarrollo de la enfermedad con temperaturas entre 5 y 30°C (promedio 22°C) y humedad continua.

Aspersiones con fungicidas como Captan o Zineb. Estos deben aplicarse cuando se detecten los primeros brotes de la enfermedad.

  • Mancha negra del rosal Diplocarpon rosae

Hongo muy común en cultivos abiertos, difícilmente se presenta en invernaderos. Es una enfermedad cosmopolita muy frecuente, distribuida en todo el mundo.

Se forman manchas oscuras sobre la cara superior de las hojas, de forma circular o irregular con los contornos radiales o fibrosos; estas manchas pueden unirse para formar otras mayores. El tejido alrededor dela mancha puede adquirir un color amarillento y caer fácilmente de la hoja. La defoliación prematura puede ocasionar el debilitamiento general de la planta y la falta de floración al año siguiente. Esta enfermedad es muy frecuente en época lluviosa.

El conidio germina a una temperatura entre 22 a 28 °C (temperatura óptima 24°C) y con alta humedad, en un periodo de 8 a 18 horas. Los síntomas aparecen entre 3 y 16 días dependiendo de las condiciones ambientales y cantidad de inoculo (esporas). La diseminación del inoculo se realiza por medio de las hojas infectadas y llevadas por el viento, por el agua y corrientes de aire. El micelio inverna en hojas o tallos infectados.

Las medidas de manejo de la enfermedad están enfocadas a eliminar fuentes del inoculo, reducir la densidad de siembra entre otras prácticas. Aplicación de fungicidas en forma semanal a base de compuestos de cobre o Captan (300gr. por cada 100 litros de agua).

  • Mildiu o cenicilla vellosa Peronospora sparsa

Los síntomas de la enfermedad incluyen coloración violeta oscura en peciolos, ramas y tallos que propiamente son los micelios del hongo. Las estructuras del hongo emergen a través de los estomas y de la epidermis de las hojas. El patógeno sobrevive sobre material infectado de las plantas.

Control: podar y destruir los tejidos afectados, aplicación de fungicidas a base de cobre.

  • Mildiu polvoso u oidio o cenicilla polvorienta Sphaerotheca pannosa.

Esta enfermedad se presenta en todas las regiones del mundo donde se cultiva esta ornamental. Debido a que se presenta año con año causa menor producción de flores y el debilitamiento de plantas, ya que ataca yemas, hojas inmaduras y ápices en proceso de crecimiento.

El hongo produce un filamento blanquecino grisáceo en capaz muy finas sobre la epidermis de la planta en las hojas jóvenes, provocando que las hojas se hinchen y deformen conforme se expanden. Sobre las hojas más viejas de la planta aparecen grandes manchas blancas constituidas por hifas del hongo, por lo común esas se deforman muy poco. Puede atacar las yemas de la planta o verticilios florales los cuales mueren.

El hongo inverna en forma de micelio y conidios. La diseminación del hongo se realiza por medio del viento. Los rosales de invernadero son susceptibles al ataque durante todo el año.

Control: con tratamientos de Benomilo, Triadimefon, Folpet o Bupirimato.

  • Moho gris o botritis. Botritis cinerea

Ocasiona la pudrición de las flores.

Medidas de control: realizar prácticas que mantengan limpio de residuos infectados, destrucción de desechos, poda y quema de plantas afectadas, evitar el riego con aspersión para reducir el salpicado del agua y con ello la dispersión del hongo.

Control químico por medio de aplicaciones periódicas de los fungicidas Benomilo o Zineb.

 

  • Agallas o tumores Agrobacterium tumefaciens

Ocasiona la formación de agallas (redondeadas u ovales de consistencia suave o dura) generalmente en el cuello de la raíz, pero pueden formarse también en las raíces secundarias y aún en partes aéreas. El hongo penetra a las raíces por heridas y causa hipertrofias (aumento del crecimiento de los tejidos). Este hongo vive y sobrevive en el suelo en forma natural.

Control: las medidas de manejo incluyen las siguientes prácticas;

  • Eliminación de las plantas infectadas incluyendo la raíz, quemándolas inmediatamente.

  • Evitar causar heridas durante las labores de cultivo.

  • Tomar las medidas de asepsia adecuadas en podas, al injertar, etc.

  • Deben desinfectarse las herramientas (de poda, injertos y otros trabajos) con permanganato de potasio, cloro o alcohol comercial.

  • Los suelos infectados (contaminados), de ser posible deben cultivarse por los menos por dos años con leguminosas como trébol, Hubam, Ebo, etc. Esta práctica reduce mucho la contaminación.

  • Agregar antibiótico al riego o después de haber eliminado los tumores mediante la cirugía vegetal o asperjar las raíces con el mismo antibiótico.

  • Esterilización el suelo con algún fumigante.

  • Aplicación de Agrobacterium radiobacter como control biológico.

  • Nematodos.

Los nematodos fitoparásitos son organismos vermiformes y la mayoría son microscópicos, miden en promedio 0.01 a 0.05 mm de diámetro y de 0.5 a 4.0 mm de largo por lo tanto, su diagnóstico requiere de un especialista y de técnicas especializadas para la observación e indentificación del parásito.

Meloidogyne, Pratylenchus, Xiphinema pueden ser los nematodos que penetran e invaden las raíces del rosal.

Meloidogyne y Xiphinema causan hinchamientos (agallas) de la raíz por alteraciones del metabolismo de los compuestos hormonales, que estos nematodos inducen al alimentarse; éstos pueden estar o no dentro de las agallas.

Pratylenchus causa lesiones en la raíz, que se aprecian como áreas pigmentadas con células muertas; estas áreas varían en tamaño, desde casi imperceptibles hasta abarcar toda la raíz.

Control: desinfección del suelo con nematicidas con Fenamifos, Metan sodio o formol; introducción de las raíces en un nematicida con Carbufuran.

 

Biól. Luis Miguel Monroy Rojas.

044-55-13-79-70-01

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