De acuerdo con datos reportados por la FAO, los pastizales se perfilan como una opción para mitigar los efectos del cambio climático. Este potencial se encuentra centrado en su capacidad para absorber y almacenar CO2, razón por la cual tanto los sembradíos con pastizales así como las tierras dedicadas al pastoreo, pueden llegar a superar a los bosques en su capacidad de almacenamiento de CO2.
Del total de superficie dedicada a actividades agrícolas, el 70 por ciento se destina a pastizales, esto equivale al 30 por ciento de la superficie del planeta libre de hielo. En total se estima que 3,400 millones de hectáreas de pastizales tienen el potencial de reducir el impacto que provocará el cambio climático global en mil millones de personas dedicada en todo el planeta a actividades ganaderas.
Para Alexander Müller, Director General Adjunto de la FAO, "El mundo tendrá que utilizar todas las opciones para contener el calentamiento global dentro de los dos grados centígrados. La agricultura y el uso de la tierra tienen el potencial de ayudar a minimizar las emisiones netas de gases de efecto invernadero a través de prácticas precisas, en especial almacenar carbono en el suelo y la biomasa. Estas prácticas pueden incrementar al mismo tiempo la productividad y la capacidad de resistencia de la agricultura, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza".
Se estima que las tierras de pastoreo tienen la capacidad de almacenar el 30 por ciento del carbono presente en el suelo, esto sin considerar la superficie de almacenamiento de árboles, matorrales, arbustos y hierbas. Desafortunadamente existe degradación de suelo en el 70 por ciento de los pastizales, entre las principales causas se encuentran el sobrepastoreo, la salinización y la acidificación. Esto ha sido incentivado por la demanda de productos cárnicos y lácteos.
Por consiguiente, cualquier medida que se tome para proteger los suelos dedicados a los pastizales de la degradación, como lo puede ser el uso de materia orgánica, evitar la quema y el sobrepastoreo, contribuirán al almacenamiento de mayores cantidades de carbono, lo cual de acuerdo con los especialistas se estima que podría llegar a los mil millones de toneladas.
Se cree que si tan sólo se destinaran entre el 5 y 10 por ciento de las tierras de pastoreo al secuestro de carbono para el 2020, se podrían almacenar 184 millones de toneladas de carbono anualmente.
Evidentemente para lograr lo anterior se requiere de un esfuerzo global, tanto en la destinación de fondos para este fin, como de la superación de barreras sociopolíticas y económicas. Esto incluye la problemática común de muchos países en lo relacionado a la tenencia de la tierra, así como de la inclusión de programas educativos específicos para pastoreo nómada.
Entre las medidas propuestas para llegar al uso sostenible de los pastizales, se debe de considerar el pago por servicios ambientales, facilitando el acceso a todas las instituciones que proporcionen financiamiento y desarrollo, como sería le caso del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).
El contribuir a mejorar las condiciones para la retención de carbono en los suelos de los pastizales también beneficia a los agroecosistemas durante las sequías.
La retención de carbono contribuye a disminuir el impacto de la sequía, ya que este mejora la retención de agua en el suelo.
La biodiversidad de los bosques es ligeramente superior a la de los pastizales, desgraciadamente, se ha venido observando que la biodiversidad en los pastizales ha decrecido considerablemente, como consecuencia inicial de las malas practicas agropecuarias que se han venido realizando, situación que se ha agravado en la actualidad por los efectos del cambio climático.
Fuente FAO
Redacción TECNOAGRO
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