Los invernaderos o cultivos protegidos son un interesante reto para el manejo de las plagas potenciales, pues en estos sitios se presentan condiciones climatológicas y ambientales propicias para el establecimiento y desarrollo de gran cantidad de insectos, así como de enfermedades, malezas, vertebrados, nemátodos y otros organismos que pueden mermar grandemente la producción y comercialización.

Por ello, a continuación se presentan una serie de conceptos que pueden servir como guía para un programa exitoso.

MANEJO DE LOS INSECTOS

Componentes esenciales de un programa MIP

El MIP (Manejo Integrado de Plagas) en este tipo de agricultura, es la mejor herramienta para combatirlas. El MIP involucra la aplicación e integración de prácticas físicas, mecánicas, culturales, biológicas y químicas, con el mínimo uso de plaguicidas. La base de un programa MIP contempla el monitoreo, muestreo y registro, que son fundamentales para conocer el desarrollo y presencia de las plagas, tomar decisiones y destinar las acciones correspondientes para mantener a las plagas por debajo de los niveles de daño económico (NDE). El NDE es la cantidad de población de insectos-plaga que puede soportar un cultivo sin mermar su producción o la densidad de población de la plaga que es capaz de causar un daño económico. La determinación de los umbrales económicos (U.E. que se define como la densidad de población de insectos en la cual se deben tomar medidas de control) para cada cultivo y cada plaga son únicos y variables inclusive en invernaderos aledaños hay variación en tiempo (diferentes ciclos agrícolas) y espacio (distribución de la plaga en la planta). Para la estimación de estos valores (NDE y UE) se requiere información sobre fenología del cultivo, fenología de la plaga, costos de la acción de control, valor del producto en el mercado, rendimiento, etc., ya que dependiendo del destino o uso que se le de a la producción, los UE cambian y por lo tanto, las acciones de control deberán estar sujetas a estos valores.

Investigaciones recientes han presentado datos relevantes al respecto, por ejemplo, podemos mencionar que el U.E. determinado por Nava y Cano (2000) para la mosquita blanca de la hoja plateada Bemisia argentifolii en melón en la Comarca Lagunera es de de 2.4 adultos/hoja, o el caso del trips del melón (Trips palmi) con un U.E. de 4.4 adultos /hoja en el cultivo del pepino. Esta última plaga actualmente ha empezado a causar varios estragos en diferentes cultivos en México y en especial en invernaderos, ya que es un insecto polífago que se alimenta en cultivos de melón, pepino, tabaco, papa, tomate, entre otros.

La introducción de este parámetro de control (U.E.) es fundamental en cualquier programa de MIP, esto permitirá en consecuencia hacer menos aplicaciones de plaguicidas y adelantarse al posible brote o explosión poblacional de la plaga primaria del cultivo en cuestión.


Características deseables en el manejo de las plagas en invernaderos:

Algunas aplicaciones prácticas elementales para un exitoso manejo de las plagas en invernadero incluye:

  • Cubrir todas las superficies del piso con concreto o plástico negro.
  • Uso de variedades resistentes.
  • Mantener a la gente y plantas ajenas al cultivo fuera de la zona del invernadero.
  • Desinfección del medio de cultivo.
  • Mantener las puertas cerradas.

Información importante que se debe generar y/o aprovechar en un programa MIP en invernadero:

  1. Monitoreo o exploración: inspección individual de plantas (detectar signos de presencia de plaga como heces fecales, exuvias (desechos de la muda), mielecilla, etc.; uso de placas o tarjetas adhesivas cromáticas de 12.5 cm por 7.5 cm de color amarillo (captura áfidos, mosquita blanca), azul (captura trips) o rosa brillante (trips), que se deben colocar a 15 cm del piso o 2.5 cm a 5.0 cm sobre las plantas las cuales se mueven de acuerdo al crecimiento de estas. También se puede incluir la instalación de trampas cilíndricas de 30 cm x 15 cm para captura de mosquita blanca. Para el caso de las escamas solamente las trampas cromáticas capturan machos pues las hembras son sésiles. Igualmente estas placas deben ubicarse en puertas, ventanas y plantas susceptibles a las plagas; se deben incluir asimismo plantas indicadoras. Ejemplos de umbrales económicos aceptables de mosquita blanca son 0.5 por tarjeta o placa por día en cultivos jóvenes y 2 por tarjeta o placa en cultivos maduros; para trips (Frankfiniella. occidentalis) el umbral económico se reporta de 5 a 20 por trampa /día en crisantemo para tomar acciones de control. Algunas plantas se utilizan como atrayentes de trips y funcionan como indicadores biológicos en los invernaderos, tal es el caso de las variedades de petunias como Majestic, Blue Magic y Calypso.

El monitoreo debe estar enfocado a 2 prácticas importantes:

a) Cuantificación y registro en placas adhesivas.

b) Monitoreo en plantas.

  1. Identificación de las plagas y ciclos de vida: es conveniente usar una lupa de mínimo 10x para identificar algunas especies como mosquita blanca en estado inmaduro o ácaros y en el caso de los trips, los huevecillos son muy pequeños (1/4 de mm de tamaño) y solamente de esta forma se detecta la presencia de esta plaga. Se debe establecer la práctica de inspección y revisión de plantas que ingresan de otros invernaderos y plantas para propagación.

  1. Registros: llevar en forma detallada la información de especies identificadas para conocer la tendencia y dirección del programa de manejo de las plagas. Por ejemplo, las tarjetas cromáticas o de color deben ser revisadas semanalmente para plagas como mosquita blanca, áfidos y trips y, 2 veces por semana para ácaros. Una buena toma de decisiones radica en la información generada.

  1. Técnicas de exclusión: éstas están dirigidas para mantener a las plagas afuera del área o evitar el ingreso. Por ejemplo, el uso de mallas en sistemas de ventilación y puertas para evitar el ingreso de mosquita blanca, trips, áfidos, etc. Las mallas deben evitar el ingreso de estos insectos por el transporte y corrientes de aire y además deben permitir el flujo del aire.

  1. Prácticas culturales como sanidad: el personal debe evitar usar ropa color amarillo, pues las plagas son atraídas por este color y se pegan a la ropa, y puede contaminar otras áreas dentro del invernadero u otros invernaderos. Eliminación de malezas en interior y exterior del invernadero, por lo que se sugiere dejar un espacio de 30 cm. a 1 metro libre de malezas en el perímetro exterior de la estructura.

  1. Control biológico: el mejor momento para liberar los insectos parasitoides y/o depredadores es durante la mañana o en el crepúsculo cuando se detecta el primer signo de infestación de la plaga. Cabe mencionar que de acuerdo al tipo de control que se maneje (biológico o químico) el UE varía. Algunos insectos benéficos liberados son muy susceptibles a los insecticidas, por lo que se debe dejar buen tiempo (1 mes mínimo) sin aplicar insecticida para la próxima liberación. La mejor temperatura para el buen desempeño de los parasiotides y depredadores es de 18.3°C a 29.4°C (65 a 85°F) y 60 a 90% H.R. Cuando la población de plaga es muy alta, los primeros insectos benéficos introducidos posiblemente no logren un control efectivo. Si toda la plaga es destruida los insectos benéficos morirán de hambre o su reproducción será incipiente. El uso de trampas adhesivas de colores deben reducirse al liberar insectos benéficos.

  1. Aplicación de reguladores del crecimiento de los insectos (RCI): estos interfieren con el desarrollo normal del crecimiento de los insectos con daño mínimo de insectos benéficos. Los reguladores del crecimiento (RCI) generalmente son prohibidos en cultivos con certificación orgánica por ser sintéticos. Al ser aplicados en aspersión no dañan a los insectos adultos de la fauna benéfica (parásitos y depredadores).

  1. Control químico: en este caso se debe considerar el adecuado producto plaguicida, momento oportuno de aplicación y apropiada técnica de aplicación. Por ejemplo, para el control de larvas de lepidópteros como Spodoptera, Heliothis, Tricoplusia aplicar tratamientos con Bt (Bacillus thuringienesis). Para insectos del suelo en el caso de Agrotis spp. con hábitos nocturnos y que se encuentran enterrados en el suelo durante el día aplicar diazinón, foxim o teflubenzurón. El uso de cebos para larvas que inician su ciclo de vida en el suelo (por ejemplo, Spodoptera spp), elaborar una mezcla de salvado, azúcar, melaza y agua, que se esparce en la base (pie) de la plantas.

MANEJO DE LAS ENFERMEDADES

Los invernaderos tienen clima caluroso, húmedo y sin corrientes de aire los cuales son ideales para el desarrollo y propagación de las enfermedades foliares y sistémicas (de los tallos). La mayoría de los hongos y bacterias patogénicas inician la infección con una película o gota de agua en forma persistente sobre la planta.

Las técnicas alternativas para el control de enfermedades en invernaderos radica en el uso de variedades resistentes, semillas y plantas libres de inóculos infectivos, suelos bien drenados, circulación del aire, eliminación de malezas, control de la humedad, saneamiento, compostas que supriman las enfermedades, antagonistas microbiales, etc.

El manejo y control de las enfermedades son otro quehacer importante en un programa MIP. Estas las podemos enmarcar en dos aspectos:

  • Medio ambiente del suelo (raíz)
  • Medio ambiente aéreo ( tallo y foliar)

Las enfermedades del suelo incluyen el damping-off o secadera y las enfermedades vasculares. Hongos como Fusarium, Rhyzoctonia, Phythophthora, son responsables de daños a la raíz y marchitamientos.

Para apoyar en el control de estos fitopatógenos la desinfección del suelo es una práctica elemental y puede realizarse por:

Esterilización: que consiste en calentar el suelo a 100°C (212°F) por 30 minutos.

Pasteurización: la cual aplica 71°C (160°F) por 30 minutos. Con este proceso muchos patógenos dañinos son matados a esta temperatura pero otros organismos benéficos del suelo sobreviven. Este método es usado en agricultura orgánica.

Solarización: consiste en tapar el suelo húmedo con polietileno claro para atrapar las radiaciones solares y elevar a altas temperaturas a niveles letales para la mayoría de patógenos y semillas de malezas.

Control biológico: el hongo Trichoderma harzianum se formula como biofungicida para eliminar los hongos del suelo Phytium, Rhyzoctonia, Fusarium y Sclerotinia., y el hongo Gliocladium virens biofungicida para controlar Phytium, Rhyzoctonia, Fusarium, y Phythophthora.

Las enfermedades foliares y de los tallos incluyen la cenicilla polvorienta causado por el hongo Erysiphe spp, tizones foliares por Alternaria spp, Botritis o pudriciones causado por Botritis spp. así como enfermedades bacterianas, como pudriciones suaves por Erwinia spp, entre otras bacteriosis por Pseudomonas, Xanthomonas, etc., y las virosis generalmente transmitidas por vectores (áfidos, mosquita blanca).

Productos fungicidas a base de cobre y azufre son aceptados en programas de cultivos orgánicos. El cobre tiene efecto dual con propiedades fungicidas y bactericidas.

El bicarbonato de sodio ha sido estudiado y con buenos resultados como un fungicida suave en el control de enfermedades de los rosales y en jardines orgánicos, especialmente contra cenicilla polvorienta (Erysiphe spp). Una fórmula usada es 0.5% de bicarbonato de sodio y 0.5% de aceite de uso en horticultura ó 28 gramos de bicarbonato de sodio en 3.7 litros de agua para el control de cenicilla en rosales.

Información compartida para plagas y enfermedades:

Los datos registrados en las inspecciones y monitoreos deben ser precisos y actualizados los cuales permiten el análisis y toma de decisiones, de ahí que datos relevantes deben estar incluidos en:

Bitácoras de registro

En estas se debe incluir al menos la siguiente información:

· Temperatura mínima y máxima diaria.

· Cantidad de placas adhesivas cambiadas semanalmente.

· Cantidad de plagas sobre las plantas incluyendo estado de desarrollo como huevos, estados inmaduros y adultos.

· Crecimiento y de desarrollo de plantas basadas sobre aquellas seleccionadas y marcadas.

· Salud de la raíz de las plantas en mediciones semanales, basado sobre muestreo de plantas al azar.

· PH del suelo y sales solubles en muestreo de plantas al azar.

· Observaciones fenológicas del cultivo (altura, color de las hojas, desarrollo de brotes, etc.)

No cabe duda que los invernaderos son el mejor sitio para implementar, desarrollar y perfeccionar un Programa de Manejo de Plagas Integrado en estos sistemas de microambientes controlados, pero para ello el conocimiento de la biología de las plagas y desarrollo fenológico del cultivo, herramientas de monitoreo, tecnologías de sostén, personal capacitado y asesorías profesionales coadyuvarán indiscutiblemente en el mejor desarrollo y producción de la agricultura protegida.

Biól. Luis Miguel Monroy Rojas.

Asesor y Capacitar en Control de Plagas

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