La espinaca es una verdura que necesita emisión de luz constante. Puede cultivarse una o dos veces al año. Necesita de cuidados con el fin de evitar el efecto que pueda afectar el consumo de la misma.

Por su nombre científico Spinacea Oleracea, mejor conocida como espinaca, se caracteriza por su hoja que requiere de largos periodos de luz (un mínimo de 14 horas aproximadamente) acompañado de una temperatura aproximadamente entre los 15 y 18 ºC que permita su crecimiento.

Es una verdura amante de climas fríos, de crecimiento rápido, pariente de las remolachas y las acelgas.

Puede plantarse en primavera u otoño, o ambos, si se desea una cosecha dos veces al año.

Para lograr su cultivo:

• Debe escogerse una variedad, de las que se destacan: las de hoja rizada, ligeramente rizada o de hoja lisa.
• Elegir suelos libres de charcos, así como parcelas con el mismo tipo de tierra y de preferencia planos.
• Aunque la espinaca disfruta de un clima templado, también gusta de la luz del sol y es intolerante a temperaturas elevadas.
• Se reproducirá mayormente en sombra parcial, pero podría no ser tan abundante, como lo sería bajo el sol.

Es importante no cultivarla en parcelas con restos de vegetales como el maíz, girasol o que existan restos plásticos de otros cultivos acolchados o regados a goteo.

Para su fertilización, prefieren un terreno ligeramente ácido además, es importante evaluar los niveles de calcio y magnesio del suelo para regular el pH y determinar qué tipo de caliza se puede agregar, como el tipo de fertilizante a ocupar.

Si se hace una siembra de espinaca, hay que tomar en cuenta la precisión en cuanto a cantidad y profundidad, debido a los altos costos en semilla para lograr un cultivo rentable. Al igual que revisar esta información con la empresa contratante que garantice una labor perfecta.

Para plantar espinacas debe hacerse entre cuatro a seis semanas antes de la última helada de primavera, así, se obtendrá una cosecha de la primera temporada del año o de seis a ocho semanas antes de la primera helada de otoño.

El efecto de “floración prematura”, se caracteriza por que las plantas crecerán altas y brotarán flores pequeñas, gracias al aumento de la temperatura y que el sol mantiene su brillo más de 14 horas al día, lo que interrumpe la producción de hojas de espinaca. Se debe asegurar la cosecha de las mismas antes de que ocurra tal proceso. Por lo que se recomienda hacer la cosecha en otoño que en primavera.

Para la temporada de cultivo se hace:

• Si es en primavera, se siembra desde los primero días de noviembre a marzo y se recolectan a la mitad de los días de marzo a junio.
• Si es en otoño, se realizan en agosto y se recolectan en la mitad del mes de septiembre a noviembre.

Tiene que evitarse la siembra de espinaca después de una cosecha de maíz o trigo ya que los restos estos de vegetales podrían complicar la recolección. O bien, tras un acolchado plástico, salvo que en su caso, haya sido biodegradable o los trozos restantes fueran retirados a mano.

Si se tiene planeado hacer otra siembra con otro tipo de semilla se sugiere cereal, guisante (chícharo) o judía verde (ejote).

Su forma de riego, es por aspersión, lo que asegura su crecimiento en la fecha establecida con pequeñas floraciones. De no ocurrir de esta manera, el número de plantas será distinto por cada metro cuadrado; así como la incorporación del herbicida será irregular lo que puede resultar en la aparición de malas hierbas.

La distribución será constante si se toman en cuenta varios aspectos: el clima, la cantidad de riegos por año, el consumo y la capacidad del campo.

El tamaño suficiente para cosechar la espinaca lo alcanza cuando mide de 7- 10 cm de longitud y de ancho de 5-7 cm, en tiempo estimado de seis a ocho semanas desde la siembra hasta su cosecha. Esto hay que hacerlo antes de que comience a florear. Una vez iniciada esta etapa, las hojas serán más amargas para su consumo.

Se sugiere que para su cosecha se haga cuidando las hojas exteriores, pellizcando la base del tallo con los dedos o el uso de tijeras de jardinería; o bien, arrancando toda la planta desde el suelo aunque es preferible solo cortarlas. Gracias a que sus raíces no son muy firmes puede llevarse a cabo este proceso.

La importancia entre el cultivo y la homogeneidad de la parcela son importantes, ya que no se hace una recolección en zonas amarillentas causadas por diferentes factores. Así como prevenir riegos abundantes días antes de la recolección, para que permita el paso de la maquinaria sobre la cosecha.