La producción agropecuaria se determina por diversos factores, como la tecnología, el incremento en la productividad, las condiciones laborales, diversos aspectos sociales, políticos y económicos, los cuales son variables, y más en nuestro país. Hoy por hoy, donde el peso sufre una caída, ubicándonos en una crisis económica, empezamos a entrar en pánico, pues comienza a detenerse, como es costumbre, todo el ciclo productivo. Si bien, tenemos que seguir produciendo alimentos, avanzando en tecnología, adquiriendo productos, continuar trabajando y esforzándonos para sacar adelante este sector. Todos notamos día con día, la falta de liquidez en nuestros empleos, negocios y bolsillos.

No quiero parecer insensible o pasarme de optimista, pero es clarísimo que debemos redoblar esfuerzos, permanecer trabajando y proporcionar el crecimiento adecuado a la agricultura de este país. Es evidente que los sustentos gubernamentales son pocos, están detenidos o simplemente no existen; nuestra ideología y espera de los apoyos en México está en primer plano. Estamos esperanzados a que lleguen para continuar con nuestra labor, con nuestros negocios, y peor aún, con nuestra vida. Pienso que las empresas debemos comenzar a apoyar a nuestros clientes, a los productores de este país, otorgando ayudas empresariales con las medidas necesarias, con las asesorías correspondientes, y dejar de esperar a que el gobierno nos auxilie.

Ahora, con la caída del peso frente al dólar, con las crisis económicas de China y Grecia, los mercados mundiales principian a ser más volátiles que de costumbre. Se habla de crisis en la Unión Europea, crisis en América Latina, hablamos de crisis en todo el mundo, en todos los continentes. Busquemos nichos de oportunidad, avancemos en tecnología, socorramos a nuestros productores; hagamos propuestas productivas que logren impulsar al campo, con capacitación, mejoras tecnológicas, aumentemos la calidad de nuestros productos para el mercado nacional e internacional. Busquemos la derrama económica y la venta de exportación, vendamos en dólares; trabajemos más eficientemente. No conviene entrar en el pánico global, propongamos soluciones y alternativas fructíferas a nuestras compañías y, continuemos trabajando por nosotros, por nuestros agricultores, por nuestro sector, por los alimentos que producimos y generamos para los millones de personas que alimentamos. No perdamos el objetivo.