¿Te gustaría saber qué diferencia el tratamiento de una semilla en su comportamiento ante los rendimientos del cultivo, cuál es la mejor manera de prever cualquier tipo de plaga? En esta sección comentaremos acerca de las técnicas, su objetivo y provisión, así como las ventajas y desventajas de la “semilla tratada” ante la semilla “no tratada”.
El tratamiento a la semilla, es la aplicación de técnicas y agentes biológicos, físicos y químicos, que proveen a la semilla y a la planta protección frente al ataque de insectos y enfermedades transmisibles por esta vía; así como a aquellos que atacan en etapas tempranas el cultivo, provocando consecuencias devastadoras en la producción de los cultivos cuando no son controlados.
Se conocen como “tratamientos a la semilla” a los insecticidas o fungicidas que son impregnados en ésta, para protegerla de hongos, bacterias o insectos nocivos que aquejan a la semilla o plántula. Algunos tratamientos se venden para que el agricultor realice la aplicación el mismo día de la siembra o un poco antes, otros son aplicados por las empresas semilleras, y ya vienen integrados a la semilla.
Es importante resaltar que la planta de maíz pasa por su etapa más susceptible desde que se hincha la semilla, hasta que tiene de dos a tres hojas. En esta etapa, cualquier lesión afecta a la planta y puede causarle la muerte, reduciendo así la población de plantas. Por lo tanto, es necesario poner especial atención al cultivo en esta etapa o prevenir. La diferencia entre semillas “tratadas” y “no tratadas” además del colorante (rojo, azul,verde, violeta), es su comportamiento en campo donde manifiesta el potencial genético de la semilla en su máxima expresión, y por ende, rendimientos óptimos.
Ventajas y desventajas
Semilla tratada
El uso de estas semillas, asegura una mayor optimización de recursos minimizando significativamente los costos de producción, ya que la aplicación de insecticidas es reducida a comparación del uso de semillas no tratadas. Además, las plantas protegidas se desarrollan bien desde la germinación, pues es de una manera uniforme e ininterrumpida, facilitando así un arranque parejo y vigoroso del cultivo.
El tratamiento de semillas tiene un menor impacto al ambiente y en organismos no plaga, debido a que se evita la deriva del producto una vez que se aplica con maquinaria especializada, bajo condiciones cerradas y en ambientes controlados; evitando así posibles riesgos de deriva o contaminación de áreas no agrícolas circundantes. Pero, sobre todo, ayudan a disminuir los riesgos de pérdidas en los cultivos sobre todo causadas por plagas.
Semilla no tratada
Las semillas que no han sido modificadas o sometidas a algún tratamiento de protección son más susceptibles a sufrir daños provocados por los efectos del clima; aunado a esto, tenemos el daño causado al medio ambiente y a los mismos agricultores por los plaguicidas aplicados a las plantas. Uno de los aspectos que más impacta sobre la actividad agrícola al utilizar semillas no tratadas, es la falta de seguridad al momento de obtener resultados positivos de los cultivos, así también, el mayor gasto que se produce al utilizarlas, pues la protección para la planta es posterior a la siembra.
El objetivo del tratamiento de semillas es mejorar el control de ciertos insectos y enfermedades, incrementando la seguridad de los cultivos, a través del correcto establecimiento de plantas sanas y vigorosas. Las formulaciones de estos tratamientos deben contribuir también a incrementar la seguridad de los trabajadores y agricultores, y al cuidado del medio ambiente.
Un ejemplo en México de semilla tratada, son los “Maíces Generación Gold de Semillas Ceres”.
