Del que pica o del que no pica, el chile siempre estará presente en la gastronomía mexicana.
Una acción de nosotros los mexicanos que sorprende a los extranjeros es que le echamos chile a casi todo lo que comemos, por no decir a todo; platillos como los tacos, elotes, pozole, caldo de gallina y frutas siempre estarán acompañados de picante para “darle más sabor”.
Pero, ¿qué necesidad de echarle chile a todo lo que comemos? La respuesta es fácil, porque es una tradición culinaria ya que desde la época prehispánica hasta la actualidad este producto siempre ha estado al alcance de todos los mexicanos.
Aunque no todas las personas toleran demasiado el picante, eso no impide que el chile se encuentre en sus alimentos ya que los mexicanos combinamos los sabores para contrarrestar el picor, un ejemplo de estos serían las frutas con chile, las nieves y algunos dulces típicos como los tarugos (un dulce popular); la otra opción es el “chile que no pica”, mejor conocido como chile piquín.
Nuestro país cuenta con aproximadamente 64 variedades de chiles que crecen en el territorio, lo que nos da una amplia opción para preparar una infinidad de alimentos, desde los más inofensivos hasta los más picosos, todo depende del estómago de la persona que los vaya a consumir.