Las buenas prácticas consisten en la aplicación del conocimiento disponible para utilizar los recursos naturales básicos en la producción, de forma benévola.
Los consumidores están cada vez más preocupados por obtener alimentos sanos y producidos respetando el medio ambiente y el bienestar de los trabajadores. En este contexto, nacen las Buenas Prácticas Agrícolas y Pecuarias.
En el sector agrícola, las buenas prácticas son consideradas como un conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas aplicables a la producción, procesamiento y transporte de alimentos, orientadas a cuidar la salud humana, proteger al medio ambiente y mejorar las condiciones de los trabajadores y su familia.
En la ganadería, las buenas prácticas integran principios de seguridad y calidad de un alimento desde la unidad de producción primaria hasta el establecimiento de manejo y envasado, en beneficio del consumidor.
Las buenas prácticas pecuarias contemplan un espacio apropiado para el ganado, fomentan la buena salud del animal, así como su bienestar, considerándolos seres sensibles, por lo tanto es importante que no pasen hambre ni sed, que no padezcan incomodidades, que no sufran dolor, tengan lesiones ni enfermedades, que tengan libertad de expresar su comportamiento normal, y que no pasen miedo ni sufran presiones
Las Buenas Prácticas Agrícolas y Pecuarias permiten mejorar la eficiencia de los niveles de producción respetando el medio ambiente, garantizan la calidad e inocuidad alimentaria, dignifican las condiciones laborales y el entorno socio-productivo de la familia, así mismo fortalecen organizacional e institucionalmente la agricultura familiar.
Sabías qué…
El propósito de las Buenas Prácticas Agrícolas y Pecuarias es encontrar sistemas sostenibles de producción socialmente viables, lucrativos y productivos, a la vez que se protejan la salud y el bienestar humano y animal, así como el medio ambiente.