En 1198 la agricultura orgánica de nuestro país era de 25 mil hectáreas, a últimas fechas se cultivan 400 mil hectáreas con estos productos. Según información y estudios realizados en México, más de 169 mil productores se dedican a esta actividad en los estados de Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua, Sinaloa, Baja California Sur, Colima, Puebla y Veracruz. Las instituciones que avalan tal investigación son la COFUPRO (Coordinadora Nacional de las Fundaciones Produce Puebla) y la Secretaría de Agricultura.
Se estima que el mercado de orgánicos se ubica alrededor de 50,000 millones de dólares, y es uno de los segmentos de mayor crecimiento relativo dentro del sector agroalimentario. Las principales ventajas de contar con una agricultura de este tipo son: establecer un sistema productivo compatible amigable y enfocado al cuidado del medio ambiente, conservar el equilibrio de los recursos naturales, y el descubrimiento de tecnologías de producción innovadoras.
Los principales alimentos orgánicos en México son: café, miel, cacao, aguacate, mango, piña, plátano, naranja, ajonjolí, maíz, nopal, vainilla, leche y sus derivados, huevo, plantas medicinales. De la misma manera, se empiezan a identificar algunos productos procesados como: carnes y embutidos, jugos, galletas y mermeladas, entre otros.
En comercialización del aromático, los productores se han organizado en cooperativas, en empresas comercializadoras o a través de contratos firmados con compañías extranjeras. Se exporta como materia prima y el valor agregado, tostado y empaquetado se lo dan los países compradores. Más de 33 millones de hectáreas en el mundo se destinan a producir alimentos orgánicos. Alrededor del 70% de la superficie mundial se encuentra distribuida en 7 países como Australia, Argentina, Italia, Reino Unido, Uruguay y Alemania.
