En México somos más de 112 millones de habitantes. Mundialmente hacia el año 2050 habrá más de 9,150 millones de habitantes, para lo cual necesitaremos 70% más alimento, biocombustibles y fibras; esto, sin tomar en cuenta que nos enfrentamos a pérdidas por condiciones climáticas que provocarán escasez de agua y reducción de superficies cultivables; es decir, tendremos que cultivar mucho más con menos espacio enfrentándonos a situaciones climáticas adversas.
La superficie cultivable en México que queda por explotar es únicamente el 3% del total, lo que señala que de manera inmediata habrá que hacer uso de la tecnología para el favorecimiento del sector agrícola y sus prácticas. Se requiere tener firmeza en la búsqueda de ser sostenibles y sustentables, promulgar el mejor uso de dosis por hectárea y el manejo de productos de fácil degradación. Por ejemplo, con cultivos genéticamente modificados se lograron preservar más de 108 millones de hectáreas de tierras para expansión agrícola.
En estos días tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de prensa y foro de CropLife Latin America en donde se expusieron los grandes retos para la industria y los desafíos que ésta representa frente a la agricultura en México. Dentro del marco del evento se plantearon problemas que afronta el sector industrial, el cual invierte más de 6.300 millones de dólares en investigación y desarrollo de nuevos productos; esto representa el 9% de las ventas anuales de estas empresas, ya que tardan 10 años aproximadamente en lograr el lanzamiento de un producto al mercado para generar el respectivo cuidado y protección a los plantíos mexicanos.
La carencia de estas tecnologías haría que la producción agrícola mundial cayera entre el 20 y 40 por ciento a causa del ataque de plagas a los cultivos. Sin embargo, con estos productos nuestros agricultores logran competitividad, sostenibilidad, reducción de costos, mayor producción y seguridad para sus sembradíos. Es un gusto enorme ver cómo empresas y asociaciones están comprometidas con el sector agrícola para realizar mejorías participando con inversiones en tecnología y protección al medio ambiente; esto, sin dejar de lado la calidad de sus productos y el respeto a la salud pública creando programas de apoyo y capacitación a nivel internacional.