El chile, es uno de los cultivos más característicos de la tierra mexicana, presente en la mayoría de nuestros platillos, pues es ingrediente básico de salsas, adobos y moles.
Unos más picosos que otros y de diferentes colores, los chiles son considerados pilares de la gastronomía nacional, es tan especial que tal vez sea difícil describir con exactitud su inigualable sabor, pues el chile para nosotros no sólo es picante, el chile nos define.
Con el nombre de chile verde se conocen más de 90 especies, aunque en México las más populares son las variedades: jalapeño, serrano, habanero, pimiento morrón, poblano, chilaca, Anaheim, mirasol, soledad, de árbol, piquín, trompillo y blanco de Yucatán.
El chile lo podemos encontrar fresco o seco, y en esta ocasión nos gustaría presentarles el antes y el después de algunos de ellos:
Fresco |
Seco |
Jalapeño |
Chipotle |
Poblano |
Ancho |
Bola |
Cascabel |
Mirasol |
Guajillo |
Chilaca |
Pasilla |
Así vemos que el chile nos sigue sorprendiendo, y en su presentación en seco es el ingrediente indispensable de muchas salsas, del exquisito mole, de los caldillos que acompañan muchas carnes y de los adobos.
La producción en México de chile verde, contabiliza anualmente un promedio de 3,279,909 toneladas, y es el estado de Chihuahua el que encabeza la lista con 991,916 toneladas. En cuanto a chile seco, tenemos una producción nacional de 135,720, teniendo a Zacatecas como el líder productor con 55,578 toneladas.
Ahora que sabemos la importancia de este ingrediente en nuestras comidas, entendemos bien a bien porque para los mexicanos una comida sin chile no es comida.