Las flores comestibles aportan sabor, textura y enaltecen la presentación de diversos platillos; en la cocina mexicana destacan principalmente en postres, ensaladas y bebidas.
Desde tiempos ancestrales las flores y los brotes son protagonistas de múltiples recetas, entre las que encontramos sopas y quesadillas de flor de calabaza, cempasúchil o quintoniles; ensaladas de berros, tortas de huazontle, agua de Jamaica, así como infusiones de manzanilla o romero, hasta platillos innovadores con rosa, pensamiento o geranio.
El chef Ricardo Zanjuampa de Alpezzi Chocolates recomienda comprarlas en tiendas o mercados orgánicos y verificar que se trate de un producto libre de pesticidas y químicos. Para sus creaciones utiliza flores comestibles de pequeños productores que se ubican en el Estado de México y Monterrey.
Flores como Aretillo, Clavel y Margarita aportan un sabor diferente y es posible combinarlas con diversos elementos de la cocina tradicional, por ejemplo, con cacao, cacahuate, nuez, almendra y pistache. Una de sus recetas favoritas es la “Tableta de chocolate con flores comestibles orgánicas”.
Para el proceso del chocolate, el chef explica que en Alpezzi utilizan cacao que procede principalmente del estado de Tabasco; para la preparación de la Tableta utiliza chocolate lácteo, mismo que atempera a 40 / 45°C, una vez disuelto lo extiende sobre una charola y agrega las semillas y las flores. Se enfría a temperatura ambiente y para servir, se trocea la tablilla.
México es un importante productor de flores comestibles; en Aretillo produce más de 551 mil plantas al año que se generan principalmente en el Estado de México y la Ciudad de México; en Clavel más de tres millones 440 mil gruesas procedentes del Estado de México y Baja California.
En Margarita, el campo mexicano genera más de 693 mil manojos, provenientes principalmente de Guerrero y Estado de México.